La concepción epistémico-lingüística de la lógica

Si bien en el siglo XIX se retomó el estudio de la lógica a partir de la matemática, sólo se modificó la forma de definirla, pero no sus contenidos, sus intereses, sus preocupaciones ni el razonamiento correcto o la presentación de un lenguaje preciso que permitiera un mejor estudio de la ciencia y la resolución-disolución de problemas filosóficos.

Podemos hablar de lógicas alternativas y con esta expresión aludimos, por ejemplo, a la intuicionista (la cual no admite que pueda demostrarse la verdad o la falsedad de todo enunciado matemático), la paraconsistente (en la que puede haber contradicciones verdaderas) o las multivaluadas (en la cuales hay otros valores además de verdadero y falso); todas ellas han tenido un desarrollo similar al de la clásica, pues aunque en ocasiones se mostraran como generalizaciones de la parte matemática de la lógica, en la mayoría de los casos se presentaban como alternativas de la lógica clásica, en forma de sistemas cuyo uso en ciertas áreas del conocimiento, presumiblemente, sería más ventajoso. Incluso los desarrollos en lógica provenientes de las ciencias de la computación están relacionados con un mejor procesamiento de información en contextos determinados, con el avance en inteligencia artificial y con el control de sistemas.

Los elementos mínimos de cualquier tendencia perteneciente a la concepción epistémico-lingüística podrían caracterizarse como sigue:²

• La lógica es el estudio de la inferencia, y cualquier sistema que quiera manejar una noción de inferencia debe tener algún modo seguro de preservar la validez de ésta cuando se añaden premisas (información) al sistema.

• Debe tener algún modo para permitir que las inferencias puedan encadenarse.

• Debe tener capacidad de reflexión.

Esto es, para que un sistema formal sea considerado una lógica debería tener alguna forma particular de monotonicidad, transitividad y de reflexividad.*

Dentro de la concepción epistémico-lingüística pueden encontrarse las vertientes monista y pluralista-estructuralista. Los monistas sostienen que sólo hay una lógica; de hecho, los monistas conservadores, como Quine,³ dirían que por razones de simplicidad, consistencia, familiaridad, etc. esa lógica es la clásica; en cambio, los monistas pragmáticos como Susan Haack,⁴ dirían que hay una sola lógica, pero que ninguna es favorecida a priori y que sólo por razones pragmáticas podría decirse cuál es la adecuada. Para los pluralistas puede haber muchos sistemas que manejen alguna noción de inferencia y cada uno podría hacer una contribución importante a la organización y al desarrollo del conocimiento.

Inicio
La lógica como rama de la matemática
Una pregunta para la lógica universal
Referencias