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DICIEMBRE DE 2006
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Martha Refugio Ortiz Posadas

INGENIERÍA CLÍNICA: ¿QUÉ, POR QUÉ Y PARA QUÉ?

¿Para qué aplicar la ingeniería clínica?

La incursión de ingenieros clínicos en el medio hospitalario ha ido en aumento: en 1978 se formó el primer Departamento de Ingeniería Biomédica (DIB) en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Actualmente, diez institutos nacionales de salud cuentan con un DIB en su estructura. De la misma manera, en el sector privado se observa la incorporación de ingenieros biomédicos en sus cuadros profesionales. En la tabla 2 se muestra la capacidad de 18 instituciones mexicanas (10 públicas y 8 privadas), las cuales consideran el número de camas censables, la cantidad de equipo médico y el número de personal técnico adscrito a su DIB.2

Con estos datos puede estimarse la relación que existe entre el número de camas censables y el personal del DIB requerido por las instituciones. Así sabemos que en las públicas se requieren tres ingenieros biomédicos por cada cien camas, y en el caso de las privadas, para este mismo número son necesarios cuatro ingenieros clínicos, aproximadamente, lo que significa un incremento de 33% en las últimas, debido a que existen más recursos financieros y una mayor necesidad de inversión para que el negocio resulte competitivo y, además, se mantengan en óptimas condiciones los equipos médicos.

Por otro lado, en hospitales como los de Pemex, la Sedena, la Secretaría de Marina, el IMSS y el ISSSTE la participación de los ingenieros clínicos se ha incrementado.

En la actualidad, hay 65 DIB ubicados en diferentes hospitales (públicos y privados),3 lo cual cubre menos de 10% de las necesidades (considerando solamente los hospitales de segundo y tercer niveles del SNS). En aquellos lugares en los que no hay ingenieros biomédicos, quienes se encargan de la operación del equipo médico son profesionales de ingeniería más tradicionales formados en áreas como mecánica o electrónica, entre otras.

De aquí la necesidad de contar con ingenieros clínicos capaces de integrarse al trabajo vinculado con el personal médico y paramédico, estableciendo una comunicación clara y directa en los términos propios de los profesionales a los que asiste. Un ejemplo: el ingeniero biomédico, al tener formación en fisiología humana, conoce los términos clínicos utilizados por los médicos; por lo que pueden establecer una amplia comunicación.

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Ingeniería clínica en la UAM Iztapalapa
Referencias

 

 

 
 
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