Una política
de ciencia abierta
para México


Una política
de ciencia abierta
para México
      Autores

Una sociedad de la información es aquella que, a través de las tecnologías de información y comunicación (TIC), pone a disposición del público contenidos libres permitiendo su consulta y difusión, y genera el puente hacia la sociedad del conocimiento; esta última, tiene la posibilidad de convertir esa información en proyectos, ideas e innovaciones para resolver problemas y mejorar la calidad de vida de la comunidad. Si pensamos en lo que se requiere para transitar de una sociedad de la información a una sociedad del conocimiento, es necesario tener las habilidades para acceder y aprovechar la información disponible.
En este tenor, se puede asegurar que el libre acceso al conocimiento científico de punta es un factor determinante para lograr esta transición.

Sabemos, por experiencias internacionales como la de Corea de Sur, que son las sociedades del conocimiento las que fácilmente pueden transitar hacia modelos de bienestar cimentados en el desarrollo científico. Desde esta perspectiva se puede afirmar que  el quehacer de la ciencia y sus beneficios traspasan sus propias barreras; es decir, si bien la comunidad científica es la primera interesada en estos desarrollos, la población en general puede obtener también un beneficio directo en su vida diaria de lo que pasa en los laboratorios, los observatorios y demás recintos académicos. Por lo tanto, se vuelve relevante pensar en el acceso a los resultados que generan estas investigaciones y considerarlos como un activo central para la construcción de sociedades del conocimiento. 

PROGRAMA REPOSITORIOS
La Política de Ciencia Abierta encuentra su elemento central en el Programa de Repositorios, el cual se desagrega en dos componentes:
  • Repositorio Nacional: Es una plataforma digital que recupera los registros contenidos en los Repositorios Institucionales. Su principal objetivo es diseminar al máximo los recursos de información provenientes de los Repositorios Institucionales, fomentar su utilización, reúso y acelerar la colaboración científica.
  • Repositorios Institucionales: Este componente apoya la construcción y el desarrollo de dichos repositorios mediante una convocatoria pública. La población objetivo son aquellas instituciones públicas o privadas que realicen investigación científica y tecnológica y que quieran construir un repositorio institucional que agregue valor al Nacional. Los repositorios institucionales se dividen en dos principales contenidos: literatura y datos de investigación (ver Figura 1).

     El acceso abierto al conocimiento científico empezó a debatirse de manera formal desde la década de los 60, cuando el Departamento de Educación de Estados Unidos y la Biblioteca Nacional de Medicina lanzaron el Educational Resources Information Center. No obstante, los esfuerzos internacionales en beneficio del acceso a la información científica más significativos surgen casi 40 años después con la Declaración de Bethesda (2002), la Declaración de Berlín (2003) y la Iniciativa de Budapest (2003), que establecieron un marco común internacional para el Acceso Abierto. Estas iniciativas originaron un fuerte movimiento internacional que pugna por eliminar las barreras de pago, flexibilizar los permisos de explotación de las obras y liberar el acceso al conocimiento financiado, principalmente, con fondos públicos. 
     La estrategia comenzó desde la comunidad científica, donde expertos en un área en particular, perseguían el objetivo de crear bibliotecas digitales que incluyeran los avances de su investigación a través de publicaciones periódicas. Algunos pioneros fueron el Proyecto Gutenberg (https://www.gutenberg.org) y el arXiv (https://arxiv.org). Esto incrementó significativamente el número de información científica de calidad disponible de manera gratuita y se empezó a generar evidencia a favor de este movimiento. 

Los repositorios ya mencionados contienen tres tipos de información: 

I.   Publicaciones científicas. 
II.  Productos del desarrollo tecnológico y la innovación.
III. Datos primarios de las investigaciones.

El Repositorio Nacional

El Repositorio Nacional se encuentra disponible en la página www.repositorionacionalcti.mx/, a través de la cual se tiene acceso a 72 Repositorios Institucionales que incluye más de 33 mil recursos de información; hasta el día de hoy se han realizado un poco más de un millón y medio de consultas.

     Con este precedente, las universidades identificaron fácilmente los beneficios de construir plataformas digitales donde pudieran ofrecer su producción científica a cualquier persona de manera gratuita. A estas plataformas también se les conoce como Repositorios Institucionales. Con el tiempo fueron más evidentes los beneficios y las oportunidades que estas plataformas ofrecen, como el incremento a la visibilidad de su producción académica y un mayor aprovechamiento, entre otros. Hoy en día sabemos que los Repositorios Institucionales benefician a toda la comunidad académica, pues permiten a los autores dar una mayor visibilidad a su producción científica, encontrar a sus pares en el mundo y conjuntar esfuerzos de investigación. Al mismo tiempo, posibilitan que los estudiantes tengan acceso a un mayor cúmulo de información de calidad sin costo extra, independientemente de si su universidad cuenta con presupuesto suficiente para adquirir suscripciones. 
     Es importante mencionar que el principal financiador de la investigación científica, tecnológica y de innovación en nuestro país es el Estado. México distribuye una cantidad importante de recursos públicos anualmente a través de sus dependencias, con la intención de estimular la producción científica. Teniendo esto en mente, en los últimos años, se ha identificado, a nivel internacional, una tendencia orientada a hacer más transparente y colaborativo el proceso de generación del conocimiento científico financiado con recursos públicos, un movimiento conocido como Ciencia Abierta (Open Science). La idea principal es que cualquier interesado pueda acceder libre y gratuitamente a los materiales y recursos de información que resultan del proceso investigación, sin importar la etapa de desarrollo en que se encuentren; además, se busca que cualquier persona tenga la posibilidad de usarlos, reusarlos, modificarlos, compartirlos y difundirlos mediante la utilización de las TIC. 
     Como política pública, en México esta iniciativa arranca a partir de la modificación a la Ley de Ciencia y Tecnología en mayo de 2014, donde se estableció que Conacyt sería el responsable de diseñar e impulsar una estrategia nacional para democratizar la información científica, tecnológica y de innovación, con el fin de fortalecer las capacidades del país. La estrategia busca ampliar, consolidar y facilitar el acceso a la información científica, tecnológica y de innovación nacional e internacional a texto completo, en formatos digitales. Desde ese momento, el Conacyt empezó a diseñar e implementar una política que inició con objetivos en torno al Acceso Abierto y que, al día de hoy, ha evolucionado al concepto más amplio de Ciencia Abierta.

Para diciembre de 2018 el Conacyt habrá entregado la beca 450,000. Por considerarse de sumo interés para la comunidad científica, frecuentemente surge la pregunta sobre la localización y disponibilidad de las tesis derivadas de estas becas. De manera general, sabemos que estos trabajos científicos están alojados, principalmente, en las bibliotecas de las universidades más grandes del país, mismas que están concentradas en el centro de la república. Apoyándose en las tecnologías de la información y la comunicación, este movimiento busca poner en igualdad de condiciones el acceso a esos trabajos, tanto para un estudiante del centro del país como para alguno de Tijuana, Chetumal o Reynosa; también, busca disminuir el tiempo y costo de desplazamiento que implicaría asistir físicamente a consultar la obra; además, ofrece al autor la posibilidad de incrementar la visibilidad de su producción académica, por la capacidad de alcanzar una mayor audiencia. 


     Actualmente el Repositorio Nacional ofrece más de 12,500 tesis de maestría, 10,056 artículos arbitrados, 4,100 tesis de doctorado, 718 conjuntos de datos de investigación, 210 patentes, entre otros recursos científicos elaborados por mexicanos. Las temáticas van desde manuales y prototipos para instalar sistemas de captación y conducción de agua de lluvia, tesis sobre desarrollo de sistemas inteligentes de control de elementos en sistemas embebidos, hasta conjuntos de datos de observaciones telescópicas sobre porcentajes de cambio de precipitación. Como nunca antes, esta cantidad de información de temas variados se encuentra hoy disponible para que cualquier persona en el mundo pueda seguir construyendo nuevos desarrollos científicos a partir de ella. Podemos afirmar que, mientras la sociedad y los científicos nos involucremos más en estas iniciativas colaborativas del desarrollo científico, más nos acercaremos a una verdadera sociedad del conocimiento, cuyo bienestar se fundamente en los descubrimientos de la ciencia. 

Referencias:   
Miguel A. Guajardo Mendoza

Se graduó en 2002 de economía en el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. En 2006, realizó una maestría en administración y políticas públicas y en 2013 obtuvo el doctorado en políticas públicas, ambos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Fue director de área en la Coordinación de Asesores de la Subsecretaría de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación, profesor asociado B del CIDE y asesor de políticas públicas de Tecnología e Innovación para Microsoft México. Actualmente es Director Adjunto de Planeación y Evaluación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Av. Insurgentes Sur 1582, Col. Crédito Constructor • Alcaldía. Benito Juárez C.P.: 03940, México, CDMX Tel: (55) 5322-7700
Comentarios, sugerencias y dudas sobre este sitio de internet y sus sistemas:
Centro de Contacto y Soporte Técnico  

DERECHOS RESERVADOS © 2019
Políticas de Privacidad