El evento es organizado desde 1951 por la Fundación Lindau de Premios Nobel, cuyo objetivo es promover el intercambio entre científicos de distintas generaciones, culturas y disciplinas. Cada año se reúnen alrededor de 30 Premios Nobel para convivir, durante una semana, con un grupo selecto de entre 500 y 600 estudiantes de doctorado y postdoctorado de todo el mundo.
     La Fundación, en coordinación con las Academias de Ciencias de los distintos países, escoge cada año a los científicos jóvenes que tendrán la oportunidad de convivir con los Premios Nobel para escuchar y discutir sus presentaciones durante la semana que dura el evento. En 2017 se realizó del 25 al 30 de julio.

Grupo de jóvenes científicos mexicanos que participó en la reunión de Premios Nobel de Lindau de 2017

     Las reuniones abordan, de forma alternativa, una de las tres disciplinas de Premios Nobel en ciencias naturales: Fisiología y Medicina, Física y Química; y cada 5 años, se realiza una reunión interdisciplinaria en torno a estas tres disciplinas. Adicionalmente, cada tres años se celebra una reunión sobre Ciencias Económicas. La de 2017 fue dedicada al campo de la Química, con énfasis en big- data, química verde y máquinas moleculares.¹ 
     En los últimos 67 años, más de 450 premios Nobel han participado en este evento, que incluye un programa científico basado en el principio del diálogo. Las diferentes sesiones –conferencias, debates, clases magistrales y mesas redondas– están diseñadas para activar el intercambio de conocimientos, ideas y experiencias entre los premios Nobel y los jóvenes científicos.²
     El programa incluye un “Día Internacional”, en el cual el país seleccionado por la Fundación tiene oportunidad de mostrar, ante los Premios Nobel y los científicos jóvenes de todo el mundo, su visión, logros y retos en materia de ciencia, tecnología e innovación. El Conacyt, en coordinación con la Academia Mexicana de Ciencias y la Embajada de México en Alemania, logró que México fuera seleccionado como el país anfitrión en 2017.
     Las actividades del Día Internacional se realizaron el lunes 26 de junio, dando inicio con el Science Breakfast, donde se presentó una mesa redonda sobre el tema “Ciencia y Políticas Públicas” en la que participaron dos de los jóvenes investigadores mexicanos: Ana Elizabeth Torres-Hernández y José Octavio Saucedo-Lucero, junto con el doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995, el doctor José Franco, Presidente del Foro Consultivo en Ciencia y Tecnología, y el doctor Arturo Borja, Director de Cooperación Internacional del Conacyt.

El doctor Mario Molina impartiendo su conferencia magistral.

Delegación mexicana en la 67ª Reunión de Premios Nobel de Lindau.

     Sobre su experiencia, Ana Elizabeth Torres Hernández, de México, investigadora posdoctoral en el Departamento de Ingeniería Química en Texas A&M University y participante en Lindau como parte del grupo de jóvenes científicos mexicanos, menciona: “Asistir a la 67^a Reunión Lindau de Premios Nobel fue una experiencia única, magnífica y enriquecedora. Tuve la oportunidad de compartir momentos inolvidables con los Laureados Premios Nobel, personajes cuyas historias personales y académicas nos conmovieron, quienes, además, compartieron su conocimiento, experiencia y entusiasmo por la ciencia con la joven audiencia. Asistir a este evento fue un privilegio que nos inspiró a plantearnos el lograr cosas grandes. Un recuerdo memorable fue apreciar la bandera de México hondeando en Lindau y celebrar la cena en la que México fue el anfitrión”.
     “Fue durante los primeros meses de 2017 cuando me informaron que resulté elegido para asistir a este evento, luego de haber participado en la convocatoria 2016 emitida por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Fundación Lindau para ser uno de los 400 jóvenes investigadores más calificados en el área de Química alrededor del mundo, seleccionados para dialogar y discutir trabajo científico con varios ganadores del Premio Nobel en Lindau, Alemania.  Es una experiencia única en la vida, pensaba que sería un evento rígido; sin embargo, los ganadores del Premio Nobel ofrecieron sus conferencias en tono relajado creando un ambiente amistoso, y durante los coffee breaks, comidas y tiempos de descanso, podíamos acercarnos a los ganadores del Nobel y a otros participantes para compartir nuestras experiencias”, comparte José Octavio Saucedo-Lucero, joven científico mexicano, doctor en Ciencias Aplicadas (ciencias ambientales).
     El doctor Mario Molina tuvo una participación activa en el programa del Día Internacional además de dicha mesa redonda, también ofreció una conferencia magistral titulada “Cambio climático: ciencia, política y riesgos”, en la cual enfatizó que el cambio climático es el reto ambiental más grande al que nos enfrentamos como humanidad en el siglo XXI.

Intervención del maestro Aurelio Nuño, entonces Secretario de Educación,  en la cena ofrecida por México en la 67^a Reunión de Premios Nobel de Lindau, 26 de junio de 2017.

Intervención del doctor Enrique Cabrero, director general del Conacyt, en la cena ofrecida por México en la 67^a Reunión de Premios Nobel de Lindau, 26 de junio de 2017.

     El programa concluyó con una cena ofrecida por el Conacyt en el Museo Dornier de la ciudad de Friedrichshafen. A este evento asistieron el pleno de Premios Nobel y jóvenes científicos. Esa noche, el doctor Enrique Cabrero, Director General del Conacyt y el maestro Aurelio Nuño, entonces Secretario de Educación, pronunciaron discursos en los que resaltaron las políticas públicas del gobierno mexicano para promover el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación. Asimismo, presentaron la posición de México en los principales debates científicos globales de actualidad.
     A lo largo del Día Internacional se presentaron videos con distintos proyectos mexicanos de investigación y se repartió folletería con información sobre las instituciones mexicanas de ciencia, tecnología e innovación.
     La 67ª Reunión de Premios Nobel de Lindau no sólo brindó oportunidad a los jóvenes investigadores mexicanos de conocer algunas de las mentes más brillantes del mundo de la ciencia, también permitió dar visibilidad internacional al quehacer científico mexicano y compartir parte de la cultura de México con los asistentes.