Desde 1990, se advirtió la posible presencia de problemas de conducta en los primeros internautas, ya que pasaban mucho más de su tiempo laboral ante la computadora, visitando diversos sitios web. Con la popularización de las RSV se ha identificado nuevas conductas en las personas que las usan. En el campo de la salud, hoy día se habla de un nuevo género de “adicciones”: a internet, al cibersexo o a las redes sociales; temas que los expertos en psiquiatría y psicología aún estudian.
En 2012, este fue promovido su análisis para incluirlos en la clasificación de conductas del
Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) publicado en 2013, por la American Psychiatric Association. Pero, a la fecha, ni en dicho manual ni en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) se ha expuesto la situación. Pero, cada vez es más evidente que los usuarios de redes muestran una variedad de conductas que anteriormente no eran observadas. Algunas organizaciones dan por hecho la existencia de la adicción a estas redes y ofrecen al público instrumentos o tests para identificar la posible adicción; incluso, tratamientos, pero dichos instrumentos aún no cuentan con evidencias sólidas para demostrar su capacidad para medir lo que pretenden.
Es indudable que los usuarios de RSV no se comportan como lo hacían las personas hace 15 o más años, cuando no había internet; por ello es necesario atender el término “anormal”, en contraposición a lo “normal”… ¿Cuándo usarlo y en referencia a quién? Actualmente, no es normal que las personas carezcan de un dispositivo móvil (teléfono,
tablet o
laptop) o computadora; hace 10 años, sí lo era. ¿No tiene cuenta en alguna RSV? Eso es anormal, ya que, al menos, 63% de la población en México está suscrita a una.
En el campo de la psicología el tema de la anormalidad ha sido analizado a partir de varias ópticas y se intenta comprender, describir y remediar aquello que provoca en el individuo estados de infelicidad o conductas desordenadas; esto incluye el sentirse diferente, lo que significa serlo y la manera que tiene la sociedad de tratar a las personas consideradas diferentes. Más allá de calificar como adicción la asiduidad de los usuarios, es menester precisar que los trastornos de conducta o psicológicos se refieren a una disfunción del comportamiento o a impedimentos en el funcionamiento de la persona, los cuales se evidencian con una respuesta no característica o no esperada socialmente, repercutiendo en sus esferas cognoscitiva, emocional o social.
Tomando en cuenta que la mayoría de los internautas asiduos a las RSV cuentan entre 12 y 34 años, preocupa pensar que ello puede afectar el desarrollo de los adolescentes o perturbar el comportamiento de los adultos.