De redes y burbujas sociales. 

Articulación colectiva dentro y fuera de la virtualidad


De redes y burbujas sociales. 
Articulación colectiva dentro y fuera de la virtualidad
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Al ingresar a nuestras redes sociales es común dar por hecho que todos estamos enterándonos de lo mismo o viendo una misma realidad. Si fuera posible ingresar a la biografía de alguien conocido, seguro habría similitudes, ya que hay cosas que se comparten, pero entre menos afinidad exista, mayor es la posibilidad de encontrarse con entornos completamente distintos. Hay quienes aseguran que internet es un espacio democrático, pero otros afirman que es tan democrático, plural y abierto como lo seamos nosotros mismos, lo que entonces significa que esto está ligado a nuestra cultura.
     En la vida cotidiana, ¿estamos abiertos a la diversidad? ¿Compartimos espacios con personas que no son afines?

La tarea de articular la diversidad es un asunto fundamental para la vida social contemporánea, ya que abrirse a realidades distintas enriquece la visión del mundo y puede generar espacios comunes para dialogar y encaminarnos a encontrar soluciones a las grandes problemáticas que compartimos.
     En este texto se hablará de la experiencia de un colectivo social cuyo objetivo es motivar la articulación de colectivos diversos, tarea en la que las redes sociales han resultado una poderosa herramienta.

Las redes sociales han permitido acceder a una gran cantidad de información, productos y servicios; conectar intereses entre amigos, familiares y personas afines. Incluso, algunos estudiosos del tema han observado que internet es el espacio donde múltiples voces y opiniones diferentes pueden ser escuchadas. Un ejemplo de esto son los temas que se han hecho tendencia por los mismos usuarios; ya sea que se comparta millones de veces un video sobre la contaminación de los océanos; se firme una petición; se forme redes para participar ayudando a los damnificados de algún desastre natural; hasta la posibilidad de unirse a un movimiento social pro derechos humanos, la diversidad sexual o el cuidado del medio ambiente, entre otras causas. Las redes sociales como facebook y twitter han abierto la posibilidad, no sólo de entretenerse, sino de involucrarse socialmente.


     Recordemos #Yosoy132, el movimiento que inició con un video en el cual se expresaba que quienes habían protestado en la Universidad Iberoamericana en contra del entonces candidato a la presidencia de la república, Enrique Peña Nieto, no eran sólo unos cuantos, sino muchos jóvenes mexicanos que estaban inconformes con el proceso electoral de 2012, lo que desembocó en un movimiento social nacional de gran convocatoria. El movimiento por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa es otro ejemplo, y su impacto fue tal que un gran número de organizaciones internacionales en pro de los derechos humanos se unieron a la causa.
     Estos movimientos han articulado ideas; pero, en ocasiones, han perdido fuerza porque hay intereses contrapuestos que en la arena virtual generan división de opiniones sobre un hecho específico. Ante esto, recientes investigaciones han demostrado que las redes sociales permiten fortalecer las comunidades virtuales, pero también pueden generar burbujas formadas por afinidades ideológicas en las que sólo resuenan las mismas opiniones una y otra vez, cerrando así la puerta a posturas diversas: en un extremo se empoderan las ideas y en el otro se genera fragmentación entre posturas.

La sociedad se organiza de maneras diversas, por eso observamos una gran cantidad de Asociaciones Civiles, Organizaciones No Gubernamentales, movimientos sociales y colectivos sociales que buscan generar acciones con la intención de mejorar la situación de sus colonias, de su país y de su mundo. Estas organizaciones se han apoyado en las redes sociales para difundir sus actividades y hacerse visibles, así como para organizarse y conectarse con otros; sin embargo, aún quienes encuentran la manera de organizarse, en un mundo que tiende al individualismo, nos topamos con la difícil tarea de generar espacios para dialogar y encontrar soluciones comunes. Es decir, las burbujas de las que hablábamos están presentes tanto fuera como dentro de la virtualidad. 

     Como sociedad, tenemos elementos que nos prescriben, rasgos culturales determinantes de la forma en la que nos relacionamos, asociamos, dialogamos, de la manera en que nos organizamos, nos articulamos con otros y compartimos objetivos colectivos. Pensemos en el reto que representa encontrar puntos en común. ¿Cómo podría lograrse esto?
     Un colectivo en la ciudad de Puebla llamado Comunitlán se planteó la tarea de articular colectivos diversos con el fin de deshacer el aislamiento que, en ocasiones, se genera, como sucede en la vida social en general. Se llamó a sí mismo “Colectivo de colectivos” y, a través de reuniones (a las que llamaron “mitotes”) y encuentros —como el Encuentro Nacional de Colectivos Sociales (Ecos)—, ha convocado a reuniones en espacios públicos (universidades, cafés, bares, plazas o zócalos) con la idea de motivar la articulación. Desde el espacio virtual, facebook ha resultado una herramienta clave porque ha permitido: 1) que se forme una red de colectivos; 2) que se organicen los convocados para los mitotes —o los Ecos—; 3) se difunda las actividades de los colectivos; y, 4) que se genere un sentido de comunidad. Otra herramienta importante es whatsapp, que permite una comunicación eficaz a la hora de organizarse y convocar a alguna actividad. 
     En general, la articulación entre colectivos, ya sea fuera o dentro de la virtualidad, se da —en mayor o menor medida— dependiendo de tres grandes factores:

  •  La dimensión contextual: todo aquello que está ocurriendo en el entorno en ese momento; una situación externa que demande atención. Piénsese, por ejemplo, en el caso del sismo del 19 de septiembre pasado, en el que diversos colectivos se unieron para ayudar a los damnificados.
  •  La dimensión operativa: formada por aquellas acciones y actividades que promueven la articulación, así como la forma como se realizan. Un ejemplo podría ser la manera de organizar un evento, si las actividades realizadas fueron claras, o se trató de una planeación flexible o rígida; incluso, si la toma de decisiones fue horizontal o vertical.
  •  La dimensión subjetiva comprende lo que pensamos, somos, deseamos y necesitamos como individuos; los intereses personales y las exigencias de la vida cotidiana de cada uno de los miembros, así como el tiempo que puedan dedicar a una actividad o las actitudes que manifiesten.

     El estudio se realizó a partir de la descripción de los elementos que prescriben a los colectivos, así como el momento en el que éstos interactúan, y se encontró que Comunitlán logró motivar la articulación de los colectivos en ciertos momentos, lo que permitió determinar la indispensabilidad de que en la sociedad existan instancias incentivadoras de la articulación social, capaces de motivar a romper las burbujas y promuevan la convivencia entre diversidades. Si bien este análisis se realizó con colectivos, habría que estudiar más a fondo cómo estos factores influyen también en la articulación social de otras dinámicas cotidianas: en el trabajo, en la familia y con los grupos de amigos, ya sea dentro o fuera de la virtualidad. 

 

Internet es una herramienta útil para la articulación social o para la fragmentación, lo cual ha sido demostrado a través de las convocatorias de los movimientos sociales durante los últimos años; el posicionamiento de opiniones que se convierten en trending topics (o la tendencia de opinión sobre un tema); el esfuerzo que hacen las grandes empresas y grupos políticos por entrar en la arena virtual, para establecer contacto con los usuarios y articularse con sus intereses. La tendencia a la fragmentación ocurre cuando se promueve la intolerancia, la exclusión, la apatía o la indiferencia; y la tendencia a articularse, cuando se incentiva la empatía, la participación, la convivencia, la inclusión y la apertura. En las redes sociales se proyecta lo que somos como individuos y como sociedad; éstas pueden resultar efectivas para generar burbujas o para expandir redes.

  • Bakshy, Eytan; Salomon Messing; Lada A. Adamic (junio, 2015). “Exposure to Ideologically Diverse News and Opinion on Facebook”. Science 348, 1130-1132. 
  • Bartolomé, Leopoldo J. (julio-septiembre, 1980). “Sobre el concepto de articulación social”. Desarrollo Económico 20, 275-286.
  • Couldry, Nick. (diciembre, 2007). “Mediatization or Mediation? Alternative Understandings of the Emergent Space of Digital Storytelling”. New Media & Society 10, 373-391.
  • Dahlberg, Lincoln. “The Internet, Deliberative Democracy, and Power: Radicalizing the Public Sphere”. International Journal of Media and Cultural Politics 3 (1): 47-64.
  • Galindo, Jesús y José González-Acosta (2013). #YoSoy132. La Primera Erupción Visible. México: Global Talent University Press.
  • Levato, Vanina (2013). “Redes sociales, lenguaje y tecnología facebook. The 4th Estate Media?”. Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación 45, 65-77.  
  • Pareja, Norma y Martín Echeverría (julio-diciembre, 2014). “La opinión pública en la era de la información. Propuesta teórico-metodológica para su análisis en México”. Revista Mexicana de Opinión Pública, 51-68. 
  • Waisbord, Silvio (2015). “Diversidad, diferencia, tolerancia: revisando utopías democráticas a la luz de la comunicación digital”. Conferencia magistral presentada en el Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación Social XV, Convergencias comunicativas. Mutaciones de la cultura y el poder, Colombia, 5-7 de octubre, 2015.
Astrid Claudette Gutiérrez López

Es mexicana. Maestra en Opinión Pública y Marketing Político por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. Ha trabajado la línea de Investigación en Ingeniería en Comunicación Social de los Colectivos y Movimientos Sociales, con especial énfasis en la articulación social y el uso de las redes sociales virtuales.

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