En la atmósfera se encuentra una mezcla de compuestos que afectan la calidad del aire, los cuales son vertidos a la atmósfera por diversas fuentes de emisión. Los principales contaminantes atmosféricos incluyen: óxidos de azufre (SOx), monóxido de carbono (CO) y óxidos de nitrógeno (NOx) que son formados por la combustión de hidrocarburos. Además, se encuentra el material particulado (MP) constituido por materiales como polvos, ceniza, hollín, polen y cemento, entre otros; los cuales se dividen en PM10 y PM2.5, esto es, partículas con diámetro aerodinámico menor o igual a 10 micras y a 2.5 micras, respectivamente.3
Las principales fuentes de emisión de NOx son procesos de combustión que incluyen: generación de electricidad, vehículos de combustión interna y combustión para calefacción de espacios. Los SOx se producen por la combustión de compuestos que contienen azufre, tales como el carbón o el petróleo y sus derivados.1 El CO se origina, principalmente, cuando la combustión no se lleva a cabo por completo.
Aunque la actividad humana es responsable de una gran parte de los contaminantes emitidos a la atmósfera, también existen fuentes naturales. En México, de acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones de 2008, las fuentes naturales contribuyeron con 22% y las antropogénicas con 78% de las 71.2 millones de toneladas totales emitidas; a su vez, de las emisiones antropogénicas, 7% proviene de fuentes fijas, que incluyen, entre otras, las centrales eléctricas.3
