Integra.
Red temática de investigación interdisciplinaria sobre identidades, racismo y xenofobia


Integra.
Red temática de investigación interdisciplinaria sobre identidades, racismo y xenofobia
      Autores

“El racismo es una forma de pensar y actuar que se ha convertido en un sistema útil para organizar poder y privilegio desde lo local hasta lo global.”1 “Esta forma de poder está basada en la convicción de que existen razas humanas biológicamente muy distintas entre sí”2 en sus cuerpos, mentes y comportamiento.
     En tal sentido, se arguye que en el cuerpo de cada persona es posible apreciar claramente “el tipo específico de sangre que corre por sus venas”;
nos referimos a características biológicas o genéticas manifiestas en sus mentes y sus comportamientos; características biológicas que se traducen en su forma individual y colectiva de pensar, actuar y comportase, en su inteligencia y capacidades, calidad cultural e, incluso, moral […]”3 (cuadro 1).

Xenofobia es un concepto que proviene de la Grecia antigua y está compuesto por dos vocablos: xenos: “el no griego” —el que no forma parte de la comunidad cultural griega, el que no habla griego, el bárbaro—; y phobia: “odio”. Así, xenofobia significa odio por el extranjero, el extraño que no comparte nuestros valores culturales; no hablamos aquí sólo de odios por diferencias raciales, sino de sentimientos de rechazo por quien no comparte nuestros valores, forma de vida y manera de entender el mundo; por aquel que, al estar en un estadio distinto, no puede ser integrado al nosotros.4

     En México se empezó a hablar de nuestro racismo hasta los años noventa del siglo XX, cuando el EZLN declaró que encabezaba un movimiento antirracista. La causa principal de este tardío reconocimiento ha sido que México se ha proclamado siempre como no racista, dado que no construyó su identidad nacional, como lo hicieron la mayoría de las naciones europeas en el siglo XIX, sobre la base del principio de “pureza de sangre y cultura”, sino, por el contrario, se diseñó en torno al principio de “mezcla de sangres y culturas”. Por ello resultó difícil, durante un largo periodo, lograr ver el racismo que nos caracteriza, pues estaba escondido tras un marco aparentemente antirracista.

     Después de la declaratoria del EZLN, un pequeño grupo de académicos empezó a desentrañar las modalidades específicas del racismo mexicano y encontraron que el manto aparentemente unificador y antirracista de “la ideología del mestizaje” no había operado como tal, porque, al declarar al mestizo el único representante de la mexicanidad, había procedido a negar a muchos de los otros componentes de esta identidad:

  1. El afrodescendiente. Tras la abolición de la esclavitud, en 1813, la muy significativa población afro que se había establecido en México (la 2ª o 3ª franja poblacional de la época, en cuanto a número) fue lanzada al vacío del mercado de trabajo y despojada de la menor protección; simplemente, no fue considerada en el proyecto mestizante, con lo cual, el Estado y la sociedad la invisibilizaron totalmente, transmitiendo al país y al mundo la idea de que en México no hay ciudadanos de piel negra y origen africano. No fue sino hasta 2015 cuando la Encuesta Intercensal–INEGI reveló que hay 1’400,000 mexicanos quienes se autodescriben como negros, afrodescendientes o afromexicanos y viven en muy diferentes lugares de todo el país.
  2. El indígena diverso. La pluralidad interna de la población indígena tampoco fue reconocida o respetada, ni desde el punto de vista de la historia particular de cada pueblo, ni de su cultura, sistemas jurídicos consuetudinarios, conocimientos sobre la naturaleza, costumbres de protección medioambiental, etc. Hacia estos pueblos, el mensaje del Estado ha sido: “si quieren ser mexicanos en pleno derecho, ´mestícense´”; es sólo a través de la asimilación como van a poder progresar, salir de su “atraso histórico” casi visto como intrínseco y, en tal sentido, inmutable, por lo cual era indispensable que éstos se occidentalizaran, se blanquearan.
  3. El extranjero. La amalgama mestizante tampoco se abrió ante la posibilidad de que otros grupos humanos llegados de allende nuestras fronteras pudieran ser incorporados a la nación, porque se les ha visto como inasimilables a esta particular identidad de sólo dos vetas mezcladas. En 1930, únicamente 0.89% de la población mexicana estaba compuesta por extranjeros; en 2010, ese porcentaje aumentó a 1%. México es de los países del mundo más refractarios a abrir sus fronteras a la inmigración y el refugio.
  4. El mestizo diverso. Esta ideología detrás del modelo mencionado no ha reconocido la diversidad implícita en las distintas historias y culturas regionales, estatales, urbanas o rurales existentes dentro de la llamada “población mestiza” —75% a 85% de los mexicanos— a la que sólo se ha querido ver como un agrupamiento monolítico y unificado.

     Es justamente en el monolitismo de nuestra ideología mestizante y  las prácticas institucionales y sociales de ella derivadas donde se alojan nuestro racismo y nuestra xenofobia. 

CUADRO 1. Logros de la creación de la red
  • De no haber creado INTEGRA, no hubiésemos podido alcanzar: 
  • Importantes aportes en el terreno de la investigación y la formación de recursos humanos (www.biblioteca.redintegra.org).
  • Trabajo con el Conapred en un proyecto orientado a la formación de funcionarios públicos con el objetivo de que éstos impulsen la creación de una agenda transversalizada de política pública antirracista en México.
  • Asesoría para la construcción de las preguntas de carácter étnico o “racial” en tres importantes encuestas dos de ellas del ámbito censal:

?  La Encuesta Intercensal de 2015, cuyas preguntas fueron consensuadas entre académicos —muchos de ellos, integrantes de las comunidades en cuestión—, en las que participaron organizaciones de la sociedad civil afrodescendiente de la Costa Chica de Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Coahuila, así como el INEGI.
?  La Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis) 2017 (Conapred, Inegi)
?  El censo 2020 (aún en construcción).

  • Desarrollo de diálogos, talleres y trabajo consensuado con OSC para formar conjuntamente una conciencia acerca de la existencia del racismo en México, sobre sus modalidades y cómo construir una agenda social antirracista. 
  • Diseño académico, curricular y de la plataforma virtual de nuestro recientemente inaugurado Diplomado Virtual Racismo y Xenofobia en México, iniciativa conjunta con el Conapred, la CNDH y el CEIICH-UNAM. Este programa educativo constituye una herramienta central en la formación antirracista y antixenófoba dirigida a diversos sectores de nuestra sociedad a lo largo y ancho del país. 
  • Impartición de cursos universitarios en red sobre racismo y xenofobia en algunos estados del país.
  • Desarrollo de talleres dirigidos a la sociedad civil en Baja California Norte, Sonora, Sinaloa, Costa Chica (Guerrero-Oaxaca) y Veracruz.
  • Proyecto de investigación interdisciplinario de grupo sobre Educación Primaria, Racismo y Xenofobia en México, en el que 75% de los investigadores son integrantes, el cual se lleva a cabo en 10 estados del país.
  • La difusión constante en nuestras redes sociales —redintegraorg, en Facebook @rtedintegra.org en Twitter y redintegramexico en Instagram— en los medios de comunicación sobre los problemas mundiales y nacionales relacionados con el racismo y la xenofobia.
  • Después de cinco años de arduo trabajo y esfuerzo, INTEGRA ha logrado constituirse como un referente importante en la reflexión y la acción en torno al racismo y la xenofobia en México.
  • Esperamos que la nueva administración del Conacyt mantenga el financiamiento a este valiosísimo Programa Redes Temáticas de Investigación —proyecto fundamental que alberga una riqueza notable de temas prioritarios y congrega a expertos/as empeñados en proponer soluciones pertinentes a las problemáticas particulares y generales— y, dentro de éste, a las casi veinte redes dedicadas, como INTEGRA, a investigar, difundir y proponer soluciones a problemas sociales, culturales y socioambientales prioritarios para el país.

     En 2014, surgió INTEGRA, con el apoyo del Conacyt y el CEIICH–UNAM* que la aloja institucionalmente, ante la imperiosa necesidad de visibilizar y combatir estos dos fenómenos, desde la creación de conocimiento académico con otros saberes, la educación universitaria y extrauniversitaria, además de la incidencia, tanto en políticas públicas como en las sociales emanadas de las organizaciones de la sociedad civil (OSC). Surgió también con el propósito de que los grupos ya orientados a abordar esta problemática desde una temática única trabajaran en red, entrelazaran sus miradas, voces y esfuerzos hacia un mismo objetivo.
     Hoy en día, estos nichos han dado lugar a nuestros ocho grupos temáti-
cos: Afrodescendientes; Bioantropología; Educación e interculturalidad, Género, etnicidad y justicia; Historia, colonialidad, nación e identidades; Pueblos indígenas;Xenofobia y violencia; Derechos humanos y cultura de paz.
     Integrar, en matemáticas, significa sumar infinitos e infinitesimales elementos, por lo que nos hemos propuesto integrar la gran cantidad de esfuerzos individuales y colectivos que combaten el racismo y la xenofobia en México. Nuestra red es un vital, siempre activo y creativo espacio interdisciplinario, transdisciplinario e intersectorial, cuyo trabajo puede apreciarse a través de nuestro portal interactivo (www.redintegra.org).
     Debido a que nuestros temas se basan en problemas complejos, los abordamos desde diversas disciplinas en constante diálogo interdisciplinario (figura 1). 
     Hoy contamos con 122 integrantes, entre los cuales, 30% son estudiantes de posgrado y 10% trabajan en alguna OSC (un porcentaje que pretendemos acrecentar); 60% somos mujeres (figura 2).
     Estamos activos en 16 entidades federativas del sur, centro y norte del país; algunos más residen y trabajan en otros países. Todos somos investigadores nacionales, en distintas proporciones (figuras 3 y 4)
     INTEGRA se ha abierto paso en la discusión del tema, en un contexto que hace 20 años era de escuálido interés en la academia, en el gobierno y la sociedad. El grupo ha trabajado junto a otras instancias civiles y académicas e, incluso, con algunas gubernamentales como el Conapred, el Copred y la CNDH, para convencer a muchos sectores sobre la apremiante necesidad de unir esfuerzos antirracistas y antixenófobos, dadas las circunstancias actuales nacionales y globales.

Doctora Olivia Gall

Es investigadora Titular del CEIICH – UNAM y responsable técnica de INTEGRA.

Nancy López

Es licenciada en Historia y gestora de Integra.

Amarilis Pérez

Es maestra en Estudios Latinoamericanos y miembro del equipo coordinador de la Red Integra.

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