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"Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos".
Francisco de Quevedo |
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Gracias al azar, o a la voluntad de los historiadores por hacer coincidir las fechas célebres, ocurrió que los escritores fundacionales de dos de los idiomas más hablados en el mundo fallecieron el mismo día (23 de abril): Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare; fecha en que nació el Inca, Garcilaso de la Vega, uno de los primeros grandes autores del nuevo mundo ("primer mestizo biológico y espiritual de América", le han llamado).
En esas dos muertes y ese nacimiento se origina la celebración del Día Internacional del Libro, el 23 de abril de cada año, desde 1996. Un motivo para recordar que el desarrollo de la ciencia ha estado estrechamente ligado a la historia del libro y de la lectura.
VOCACIÓN DE ESCRIBIR LIBROS
Para demostrar la fortaleza de una lengua, es necesaria la existencia de un libro de referencia: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, en el caso del español, o la Divina comedia, en el caso del italiano, por ejemplo. De la misma manera, es posible relacionar el grado de madurez de la ciencia con un libro básico –como hizo Robert Boyle– con El químico escéptico, una apasionada defensa de la experimentación como método para conocer la naturaleza. "El científico es un hombre de pluma; escribir libros es su vocación", aseguraba el físico John Ziman. |