Con el calentamiento global, los climas cambian y es difícil pronosticar si los cielos estarán despejados; sin embargo, las lluvias vespertinas normalmente causan que se limpie de nubes el cielo y, en consecuencia, la noche nos deleite con sus maravillas.
En el hemisferio norte las constelaciones que se levantan por el Este son, en primer lugar, el gran cuadrilátero de Pegasus, cuya estrella Alpherats es común a esta constelación y a la de Andrómeda que le sigue, ya alta sobre el horizonte. Al norte de Andrómeda tenemos a Casiopeia, constelación parecida a una “M” acostada y, entre ambas constelaciones, pero más cerca de Andrómeda, se encuentra la Gran Galaxia de Andrómeda, el único objeto celeste –visible a simple vista– fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que con binoculares resulta espectacular; su distancia de nosotros es de 2.2 millones de años-luz…
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