En la cinta épica titulada 10,000 años antes de Cristo, dirigida en Hollywood por Roland Emmerich y de próximo estreno mundial, se presenta una curiosa teoría que se ha puesto en boga en los últimos quince años, según la cual la Esfinge de Gizeh en Egipto no fue construida en la fecha que estiman los egiptólogos e historiadores, que sería alrededor de 2500 años antes de Cristo, sino mucho antes, unos 10 mil años antes de nuestra era.
Ahí se narra la historia de unos cazadores de mamuts del neolítico que se enfrentan a los egipcios civilizados que, supuestamente, existían ya en esa época. Sin embargo, no hay evidencia arqueológica, etnológica o histórica de que en Egipto hubiera tal nivel civilizatorio en ese momento.
La evidencia con la que se cuenta tiende a mostrar que en esa época el Valle del Nilo se encontraba en una etapa del paleolítico tardío en la cual, desde luego, aún no existía tipo alguno de metalurgia ni construcciones de piedra. Un par de milenios después apenas empezaron a surgir las edificaciones de troncos de palmera, cuyas represtaciones decorativas en piedra se ven usadas, por ejemplo, en las columnas del templo de Luxor.
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