Es importante reconocer que el beneficio del acceso abierto es de gran valor para lectores e investigadores de países pobres o de instituciones de países desarrollados que tienen poco apoyo económico. Los que carecen de recursos para suscripciones tienen ahora acceso a algunas revistas con información de calidad académica.

Por otra parte, es necesario señalar que todas las partes involucradas en el proceso de producción y distribución de la información académica y científica están de acuerdo en que cualquier sistema de libre acceso deberá reunir suficientes recursos financieros para sufragar los costos de edición, publicación, distribución, diseminación y almacenamiento. En ese sentido, se observa que todavía no hay suficiente confianza en las propuestas actuales orientadas a las membresías o pagos por publicar debido a que éstas aún son inestables.

La modalidad de pago por publicar es además un obstáculo para los autores o para la institución en la que laboran, ya que requieren subsidios para financiar la publicación de su investigación o efectuar el pago con sus propios recursos. Algunos defensores de este esquema predicen que los ahorros que se obtendrán por cancelar suscripciones a revistas, permitirán cubrir esos gastos; sin embargo, el número de títulos de acceso abierto es insuficiente aún como para tomar decisiones acerca de la cancelación de suscripciones en las bibliotecas.

La membresía a grupos editores de revistas de acceso abierto puede ser una opción para reducir costos, pero las bibliotecas deben analizar que las cantidades a pagar no se conviertan en algo muy parecido al precio de la suscripción de la revista tradicional.

También se debe reconocer que los editores comerciales agregan valor a sus publicaciones. Como consecuencia, existe preocupación por saber cómo van a competir las revistas de acceso abierto con las publicaciones tradicionales que tienen elevados índices de demanda con un alto número de visitantes, ni cuáles serán los planes para que la calidad de unas y otras sea equivalente.

Es alentador ver que día a día, más instituciones, sobre todo en países anglosajones, se involucran en la búsqueda de alternativas a los cambios que presenta la revista actualmente. La tendencia a dar apoyo a las iniciativas Open Access está creciendo.

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