Arsénico…
un asesino lento
y silencioso


Arsénico…
un asesino lento
y silencioso
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El arsénico (As) es un componente habitual de la corteza terrestre y lo podemos encontrar en forma de partículas finas invisibles en el aire, en la tierra o… disuelto en el agua que bebemos.
     Desde hace siglos se conoce su toxicidad en el humano, pero, hasta hace algunos años se ha reconocido que su presencia en el agua de consumo humano es más común de lo que se pensaba. La exposición inadvertida al As puede enfermarte gravemente.

El arsénico se asocia fácilmente con metales como oro (Au), plata (Ag), cobre (Cu), hierro (Fe) y con no metales como el azufre (S) que, en su forma combinada, se encuentra en la naturaleza, principalmente, como arsenopirita, mineral compuesto de Fe, As y S. Aunque el arsénico es extraído para diferentes usos, una gran parte de éste se obtiene como un producto secundario en las industrias fundidoras dedicadas a la extracción de oro, plata y cobre de las rocas. El mayor productor de As es China, seguido por Chile, México y Perú.

FIGURA 1. No todas las formas de arsénico son tóxicas. El arsénico orgánico que se encuentra de manera natural en alimentos, que tiene carbono en su estructura química, muestra mucha menor toxicidad para el humano que las formas inorgánicas, que no contienen carbono

     En tal sentido, los residuos de las industrias mineras —conocidos como jales— contienen cantidades muy importantes de As, el cual puede ser arrastrado por corrientes de aire o por la lluvia, y llevado hacia el flujo de agua subterráneas, mismas que suelen ser utilizadas por diferentes poblaciones para beber, bañarse o cocinar. Pero, la presencia de arsénico en el agua también puede ser resultado de la disolución del mineral que lo contiene, el cual está presente de manera natural en agua subterránea, y, como en México la mayor parte del agua utilizada por las diferentes poblaciones proviene del subsuelo, existe una alta posibilidad de que esté contaminada con metales o metaloides como el As.
     Aunque el As y los minerales en los que se encuentra presentan un olor parecido al ajo (al ser molidos o raspados), cuando está disuelto en agua es insípido e incoloro; ni siquiera enturbia el agua.

Beber agua contaminada

Consumir alimentos regados con agua contaminada


Trabajar en las industrias papelera, textil o de producción de pegamentos

Jugar en lugares donde haya tierra contaminada


Trabajar en industria minera

Fumar

En realidad, el arsénico puro —no combinado con otros elementos— no es tóxico; son los compuestos de éste los que presentan diferente grado de toxicidad, dependiendo de si son orgánicos o inorgánicos. Los compuestos orgánicos del As contienen, en su estructura química, el arsénico combinado con el carbono (C) y el hidrógeno (H). Por el contrario, los compuestos inorgánicos no contienen C en su estructura química; en estos casos, el As se encuentra combinado con elementos como oxígeno (O), cloro (Cl) y azufre (S). Ejemplos de compuestos inorgánicos del arsénico son el arsenito de sodio y el trióxido de arsénico. Este último es también llamado arsenolita (As2O3), y se forma muy fácilmente por la oxidación del As puro, cuando tiene contacto con el oxígeno de la atmósfera.
     Esto es importante, porque la forma inorgánica del As o iAs, en general, causa mayor toxicidad no sólo en humanos, sino también en animales y en muchas de las plantas (figura 1); en cambio, la mayoría de los compuestos orgánicos del arsénico —aquellos con los que el hombre entra en contacto—, en general, son menos tóxicos que los inorgánicos. Por ejemplo, la forma orgánica del arsénico que se encuentra en peces y mariscos: la arsenobetaína, es relativamente no tóxica para el humano; pero, la roxarsona* —otro compuesto orgánico del As— ha mostrado ser altamente tóxica.
     También es importante saber que, cuando el iAs entra al organismo, diferentes reacciones químicas lo convierten en formas orgánicas por adición de H y C, pero, a diferencia de otras formas orgánicas naturales, ¡éstas son más tóxicas que el mismo arsénico inorgánico que haya entrado al cuerpo! De hecho, son estos compuestos orgánicos, formados por el metabolismo normal, los que causan los efectos más dañinos en las células, y dan lugar al desarrollo de diferentes enfermedades, incluido el cáncer, tras la exposición constante de los humanos al iAs.
 

CUADRO 1. EXPOSICIÓN A iAs, EN MÉXICO Y EL MUNDO. INVESTIGACIONES 

  • La exposición a iAs también se ha asociado con problemas de aprendizaje
  • y memoria en niños y adultos:
  • Así lo demostraron investigadores de la Universidad de San Luis Potosí1, 2
  • y, de diferentes Universidades de EUA;3,4 aún más, en animales de experimentación expuestos a iAs, investigadores de la Universidad Médica Militar de la República Popular de China5 también detectaron diferentes alteraciones en la memoria, así como cambios en la estructura y función del cerebro.
  • Estudios realizados por el grupo de la doctora Rebeca Fry, de la Universidad de Carolina del Norte, EUA, han sugerido que los hijos de mujeres expuestas a iAs, durante su embarazo, propenden a tener menor peso al nacer y a padecer enfermedades infecciosas, causadas por bacterias, hongos y parásitos, a lo largo de su vida.6
  • En animales de laboratorio, el grupo del Dr. Waalkes, del Instituto Nacional de Investigación en Salud Ambiental (NIEHS —en inglés—, Carolina del Norte, EUA), ha mostrado que las crías de ratones hembra expuestos a iAs, durante la gestación, o bien desde el nacimiento y durante su crecimiento, desarrollan tumores en múltiples órganos del cuerpo, incluyendo pulmones, vejiga, hígado y, en algún momento de su vida, en el útero en el caso de las hembras.
  • En Bangladesh y la India se reconoció, inicialmente, el problema de contaminación del agua con As, donde las poblaciones están expuestas crónicamente a muy grandes cantidades de este tóxico pero, conforme se ha avanzado en la investigación, se ha reconocido que el agua subterránea de muchos otros países de Asia (como Nepal, China y Taiwan), y de América (México, Chile, Argentina y EUA) contiene As de manera natural, aunque, quizás, en menores cantidades que Bangladesh y la India. Otro descubrimiento importante es que las personas no tienen que estar expuestas a tan altas concentraciones de As para ser propensas a desarrollar casi todas las enfermedades descritas; pequeñas cantidades son suficientes para enfermar gravemente e, incluso, causar la muerte, si se consume continuamente.
  • La manera en que el As propicia enfermedades a partir del contacto continuo no se conoce completamente; pero, investigadores de la Universidad de Arizona, en colaboración con la UASLP,7,8 han mostrado resultados sugestivos de que un tipo de respuesta normal del propio cuerpo humano —en un intento por protegerse del efecto tóxico del iAs— se activa y, de ser necesario, se mantiene así por largo tiempo, provocando daño en diferentes órganos, lo que causa diferentes tipos y grados de enfermedad. Específicamente, esta respuesta corporal normal se presenta como un grado de inflamación que no provoca dolor ni malestar alguno, pero, silenciosamente, altera el funcionamiento de pulmones, hígado, riñón, páncreas, arterias, cerebro, piel…, y termina en alguna de las enfermedades mencionadas (figuras 3 y 4).

FIGURA 3. Efectos del As sobre tu salud. Éstos van desde malestares ligeros hasta la muerte, dependiendo de la cantidad y el número de veces que se tenga contacto con este tóxico

FIGURA 4. Los investigadores han encontrado que la exposición a As activa respuestas de nuestro cuerpo (como inflamación persistente) que parece ser una de las razones principales de que nuestro cuerpo enferme

Dependiendo de la cantidad de As y la frecuencia con que se exponga a él una persona, ésta puede sufrir desde malestares generales hasta la muerte (figura 3). Veamos: una sola exposición, ya sea a polvo o agua que contengan As en altas concentraciones —exposición aguda— puede causar: sensación de mucha fatiga, dolor estomacal, resequedad de garganta y dificultad para hablar. Si la cantidad de As es grande, se puede presentar, además, vómito con sangre, diarrea, dificultad para orinar y sensación de quemazón; pero, una exposición aguda a muy altas concentraciones de As puede provocar convulsiones con sacudidas rápidas e incontrolables, delirio y, finalmente, la muerte.
     Sin embargo, el problema más común y relevante en el ámbito mundial es la exposición de las personas a iAs (arsénico inorgánico) por largos periodos sin saberlo, ya sea que éste se encuentre contenido en agua, alimentos o, incluso, en el aire; ésta es la llamada exposición crónica, que da lugar a la aparición de diferentes tipos de enfermedades, incluyendo cáncer de piel, vejiga, hígado, pulmón y riñón; aunque también se ha asociado con el desarrollo de enfermedades no cancerosas, como una forma de diabetes parecida a la mellitus tipo 2, así como al endurecimiento de arterias (aterosclerosis); incluso, la exposición a iAs parece aumentar el riesgo de adquirir padecimientos del cerebro, como la enfermedad de Alzheimer.
     Se ha reportado que, en lugares donde se consume agua con muy grandes cantidades de As, se presenta un malestar llamado enfermedad del pie negro, que consiste en bloqueo de arterias de los dedos de los pies, lo que termina provocando gangrena (cuadro 2).

CUADRO 2. PARA EVITAR RIESGOS A TU SALUD

Infórmate, visitando las siguientes páginas:

http://www.atsdr.cdc.gov/es/csem/arsenic/
http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/arsenic/en/
http://binational.pharmacy.arizona.edu/content/arsenic-background

 

Existen agencias en nuestro país, y en el resto del mundo, que regulan el contenido de As en el agua destinada al consumo humano diario, e implementan programas de educación sobre el tipo de agua que conviene utilizar. En nuestro país, la Norma Oficial 127(NOM-127-SSA1-1994) ha establecido, como máximo permitido, 0.025 mg de iAs contenidos en cada litro de agua de uso humano. **
     Entonces, ¿por qué continúan las enfermedades asociadas al consumo de iAs en el agua? Por un lado, las personas continúan bebiendo el agua directamente de los pozos, aunque, en muchos casos, conocen el problema de contaminación, porque no tienen acceso al agua embotellada, ni poseen los medios para filtrarla. Además, en ocasiones, aunque haya alternativas (agua tratada por filtros especiales), se niegan o consumirla, por presentar “un sabor diferente”.
     Por otro lado, aun cuando el agua cumpla con las normas oficiales en cuanto a su contenido de As, su consumo en cantidades menores a las establecidas parece igualmente riesgoso. Entonces, ¿cómo saber si el agua tiene As en cantidades que afecten nuestra salud al beberla del grifo o de un pozo?... No podemos saberlo y, como no debemos jugar con nuestra salud, lo mejor es comenzar a cambiar hábitos.
     Ahora que estás informado sobre los riesgos, asegúrate de que el agua embotellada que bebas esté certificada por la Secretaría de Salud o, si vives en zonas de riesgo, trata el agua con filtros certificados para eliminar la mayor cantidad de As; y ya que éste también se puede encontrar en la tierra, es importante lavar nuestras manos constantemente, sobre todo, antes de comer. 
     Si trabajas en una industria con manejo de As, debes estar enterado de cómo protegerte; hay mucha información en internet (cuadro 2) y en algunas fuentes impresas, ¡búscala, entérate y mantente sano!  

Claudia Escudero Lourdes

Es Químico Farmacobiólogo egresada de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), México, Maestra y Doctora en Microbiología Médica, por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. Realizó una estancia en la Universidad de Arizona en el grupo del Dr. A. Jay Gandolfi. Ha realizado estancias como profesor visitante en el National Center of Toxicological Research (NCTR) y en el National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS) – USA. Actualmente es Profesor Investigador en la UASLP, y responsable del laboratorio de Inmunotoxicología. Línea de investigación: Estudio de la toxicidad del arsénico, con énfasis en la respuesta inflamatoria inducida por este tóxico y su papel en la patogenia de las enfermedades asociadas a la exposición a este tóxico. Es miembro del SNI (I). 

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