Para entrar en materia de esta conversación, más cercana a una agradable e interesante clase particular —y que ahora comparto con ustedes—, la doctora Uriarte habló del rigor de la Escuela Mexicana de Historia del Arte, a diferencia de otras, como la Escuela de Estados Unidos, para dimensionar la relevancia del trabajo antes mencionado.
     Orgullosa, dice que el Seminario, un proyecto apoyado desde hace 26 años por el Conacyt, es “el registro más completo que se ha hecho en México de pintura mural; un modelo único en el mundo. No conozco proyectos similares como lo que hacemos en la pintura mural; bajo las enseñanzas de Doña Beatriz de la Fuente (fundadora)”.
     En otras palabras, existen muchas escuelas, pero ninguna con la metodología con la que se cuenta en nuestro país y, en palabras de nuestra entrevistada, “lo que he investigado es una línea casi directa de la Escuela alemana (Kant y Hegel); así como de la Escuela que también tuvo influencia en la Doctora De la Fuente: la francesa (Comte)”.
     Expone que dentro de la Escuela alemana hay dos tendencias, una habla sobre la forma y descripción de la obra, mientras que la otra se refiere al significado de la representación como algo que no es real. 

“Lo que llevé a la Ambrosiana es un estudio de caso sobre una pintura mural de Teotihuacán en el que presento la metodología del arte prehispánico y la Escuela Alemana de Historia del Arte. Esto con el fin de revisar la forma y luego exponer su significado”, comparte la autora de más de una decena de libros publicados. 
     En este tipo de investigaciones se involucran un sinfín de ciencias para analizar, por un lado, la estructura (biología, astronomía, geometría, matemáticas) y, por el otro, el significado, es decir, el porqué, el para qué del objeto de estudio (historia de las religiones o la antropología filosófica, entre otras).
     En el Encuentro en Milán, la Doctora Uriarte Castañeda decidió abrir la posibilidad de hablar sobre Tepantitla ya que considera que “el juego de pelota es el eje rector de todo esto, hablamos del juego de pelota como práctica mística, ritual, en donde se recrea el día y la noche. La lucha de luz y tinieblas. Es una plétora de significado. Pero, hay algo más, yo propongo una representación histórica que no se conoce porque en Teotihuacán no tenemos textos o no los hemos sabido leer. En parte de la pintura de Tepantitla hay una representación histórica, ¡un registro!; lo que implica tener una noción de la trascendencia en el tiempo. ¿Por qué o para qué se dejaría un registro, de haber tenido un encuentro en cierta zona, como la Maya, en donde murió un gobernante de Tical?”, y mientras brinda esta gran aportación a la historia del arte, la amante de la docencia sonríe franca y agradecida por tener con quienes compartirla. 
     “De manera que lo que hacemos es un estudio multidisciplinario con múltiples enfoques. ¿Es la verdad?, no sabemos; como los científicos tampoco tienen certezas absolutas de lo que proponen como teorías”, concluye. 

“Me fascina ver en la fisiología del cerebro qué pasa con la estimulación de la retina. Porque eso tiene que ver con una cuestión cultural, ese proceso entre el ‘yo percibo’ y ‘yo transformo en un objeto’; es parte de lo que me gusta y que presenté como trabajo en el homenaje a Eduardo Matos”, explica.
     Aunque aclara que “la experiencia mística no sólo tiene que ver con el uso de métodos necesariamente psicotrópicos, por ejemplo, la meditación o la repetición de mantras; la música monotonal provoca ondas distintas en el cerebro que te llevan a un estado de ensoñación”. Sin embargo, en el mundo prehispánico era “real” lo acontecido y, al llevar a cabo celebraciones y rituales, la escenografía, es decir, los murales, cobraban participación formándose en la percepción un momento que existía.
     Al cerrar con esta parte de la conversación, nos confiesa la historiadora que “Eliade y Jung son mis alter ego y me hubiera gustado tener una mente tan genial como la de Eliade”. 

Como mujer, María Teresa ha tenido un intrincado camino para llegar hasta donde está, pero eso no ha sido obstáculo para disfrutar de su tiempo en compañía de su esposo, sus hijos y sus nietos. “Nunca hay que perder la perseverancia, el esfuerzo y la dedicación. Yo he sido una mamá, una esposa, una abuela y una investigadora archi-recontra feliz; y me encanta cocinar”, ríe con tal sinceridad que contagia. 

• Licenciatura, maestría y doctorado en Historia del Arte, UNAM.
• Directora del Seminario de Pintura Mural Prehispánica en México.
• Se desempeñó como directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, coordinadora del Consejo Académico del área de Humanidades y de Artes; miembro de la Junta de Gobierno (UNAM) y coordinadora de Difusión Cultural UNAM.
• Publicaciones: 18 libros, 15 coordinados y tres de autor. 56 capítulos en libros,15 artículos en revistas especializadas.
• 39 ponencias en congresos nacionales y extranjeros; docente desde 1981.
• Miembro de 6 comités editoriales y curadora de arte.
• Participación activa en más de un centenar de eventos culturales. 
• Reconocimiento como directora de la tesis doctoral ganadora del premio de la Academia Mexicana de Ciencias (2010).