La docencia es una tarea compleja, en la que el profesor puede asumir diferentes roles y adoptar enfoques diversos respecto a la enseñanza, de acuerdo con el modelo educativo de cada país; pero ¿qué piensan los alumnos egresados de bachillerato sobre el profesor universitario ideal?, ¿qué desearían del docente que les impartiera clase en la universidad?
Para acercarnos a la respuesta, hemos analizado las preferencias en estudiantes de España y México, teniendo como criterios: características personales, profesionales, sistemas de evaluación, utilización de TIC y tutorías.
La educación universitaria es una prioridad, tanto en países desarrollados como en los que se encuentran en desarrollo, y resulta esencial conocer la opinión de los receptores de esta educación (los estudiantes), en aspectos tan relevantes como las características personales y profesionales de los docentes, los sistemas de evaluación, la incorporación de tecnologías de la información y comunicación (TIC), tanto en la educación como en las tutorías.
Sin duda, el contexto educativo en cada país es diferente; por lo que aquí, en particular, compararemos España y México —por tratarse de un estudio que nos ocupa—. En España, el Espacio Europeo de Educación Superior ha decretado recientemente un cambio trascendental, que implica un cambio de rol por el cual el profesor deja de ser un mero transmisor de conocimientos (profesor-instructor) para ser quien enseña a aprender (profesor - tutor o guía).1
En México, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior de Latinoamérica busca, la innovación de la educación superior en diferentes ámbitos, lo que incluye acompañamiento, mediación, coparticipación profesor-alumno y el uso de TIC.
2 Dichos marcos de referencia exigen del profesor universitario el desarrollo de nuevos talentos, así como el despliegue de habilidades docentes no empleadas hasta el momento. Por todo ello, el profesor debe fomentar y optimizar el desarrollo de competencias y la autonomía del alumno para aprender a aprender. Así pues, el primer paso en este proceso es conocer las preferencias de los estudiantes preuniversitarios.