Manejo de uso múltiple1 de bosques tropicales


Manejo de uso múltiple1 de bosques tropicales
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La conservación de los bosques tropicales es uno de los retos más grandes de este siglo. Cada año se pierden aproximadamente 5.5 millones de hectáreas,I y son los bosques que sostienen la mayor biodiversidad en el planeta. Dado que las áreas decretadas para la conservación no pueden asegurar el mantenimiento de todas las especies, los bosques tropicales manejados tienen un papel indispensable.II Los bosques tropicales manejados representan una oportunidad para mantener la diversidad, siempre y cuando tal manejo se lleve a cabo de forma apropiada.2

Contextualizar el manejo forestal implica, de manera importante, comprender que el aprovechamiento forestal en los trópicos no necesariamente es sinónimo de deforestación.3 Los múltiples beneficios del aprovechamiento maderable, con base en lineamientos que aseguren el mantenimiento de los bosques, son poco conocidos; en tal sentido, estudios recientes reportan que, cuando el manejo forestal de los bosques tropicales se lleva a cabo siguiendo lineamientos para reducir impactos negativos, esta actividad puede ser compatible con la labor de propiciar la riqueza de especies arbóreas (número de especies) y el almacenamiento de biomasa.III Por otra parte, es de gran relevancia considerar que la probabilidad de lograr mantener la cobertura de los bosques puede ser mayor en aquellos en los que hay aprovechamiento de sus múltiples recursos, en comparación con aquellos destinados estrictamente a la protección.IV

     Por otro lado, es evidente que los dueños de bosques los mantendrán en la medida en que éstos sean fuente de ingresos, además de la aportación de otros bienes y servicios. Si esta condición no se logra, el cambio de uso de las tierras hacia el desarrollo de actividades, como la ganadera, agrícola o para la producción de biocombustibles, se convierte en alternativa inmediata.

Para comprender lo que esto implica, nos podemos plantear las siguientes preguntas: ¿qué se quiere mantener en el bosque y a qué nivel?, ¿por cuánto tiempo? y, ¿para quién?V Estas consideraciones nos permiten comprender que, entre los principios para guiar el manejo forestal sustentable están: mantener la diversidad biológica y las funciones del ecosistema forestal, tanto como los valores sociales y económicos del bosque, además de integrar estrategias que consideren los efectos del cambio climático y mejorar las tasas de secuestro de carbono.
     Los bosques que son manejados adecuadamente pueden proveer recursos de forma indefinida, albergan mayor diversidad biológica, son más sanos (menos propensos a enfermedades, a ataques por insectos y plagas, y a eventos climáticos extremos), son capaces de secuestrar más carbono y reducir los efectos del cambio climático. Sin embargo, sólo una pequeña proporción de los bosques tropicales es manejada de acuerdo con principios que aseguren la sustentabilidad.

Para manejar los bosques de forma sustentable es necesario integrar el uso múltiple de sus variados recursos y servicios; pues, además de la madera, los bosques son fuente de productos forestales no maderables (como plantas para usos medicinales y ceremoniales, hongos comestibles, fibras para tejidos…): son refugio de una gran diversidad de especies de insectos y otros animales polinizadores de cultivos agrícolas; proveen de servicios ecosistémicos, como son el ciclaje de nutrientes, agua, además de la captura de carbono y, por si fuera poco, conforman paisajes hermosos.
     En tal sentido, el solo reconocimiento de que estos servicios benefician a diferentes actores —desde grupos locales, lo que puede derivar, hasta las escalas nacional y global— está transformando el enfoque de un manejo convencional centrado en la extracción de madera a un enfoque que incluye un espectro más amplio de valoración del ecosistema forestal. Esto último implica mantener la integridad multi-funcional de los bosques a partir de a partir de considerar que éstos constituyen sistemas complejos, cuyos procesos y funciones deben mantenerse. 
     El manejo de uso múltiple, por lo tanto, se refiere a la diversificación en el aprovechamiento de variados recursos y bienes, así como a la integración de diferentes objetivos.VI Los usos pueden incluir, a la par de la producción de madera, actividades como la pesca o el aprovechamiento de fauna silvestre y otros recursos forestales no-maderables4 (la conservación de biodiversidad, la provisión de servicios ecosistémicos y de actividades de ecoturismo).    
     En este esquema, se busca reducir la dependencia hacia un solo recurso, además de disminuir los daños ocasionados por la extracción de madera en detrimento de otros recursos o servicios del bosque. Para lograrlo es necesario realizar un gran esfuerzo con miras a integrar en el manejo diversos recursos y servicios, así como incluir la visión e interés de los diferentes grupos de actores. 
     En México, algunos ejemplos del manejo de uso múltiple se encuentran en comunidades de la selva maya, donde se aprovecha maderas preciosas como la caoba y se extrae el chicle; en comunidades forestales de Oaxaca —donde se extrae y vende volúmenes importantes de madera— también se planifica el aprovechamiento de hongos y orquídeas, además de ofrecer servicios de ecoturismo; de tal manera, todas estas actividades representan fuentes locales de empleo e ingresos.
     De gran interés resulta un análisis en el cual se muestra que en las comunidades con mayor desarrollo de manejo forestal también se registra una más amplia incidencia de prácticas mayores de protección y conservación.VII 
     La silvicultura moderna en los bosques tropicales no se limita a la producción de madera, sino que cada vez hay más información la cual fundamenta que el manejo de boques tropicales debe asegurar la continuidad a largo plazo de las funciones ecológicas esenciales, y la salud y productividad de los ecosistemas forestales.1 
     Los casos exitosos de empresas forestales comunitarias en México están a la vanguardia del manejo forestal en el mundo. Las experiencias de manejo diversificado de los bosques mexicanos son, en gran parte, resultado de la propiedad social, pues 60% de los bosques tropicales y templados son propiedad de comunidades y ejidos. La mayor parte de bosques y selvas de México, forma parte de territorios indígenas en donde existen y pueden desarrollarse sistemas colectivos de manejo forestal diversificado. Las instituciones comunitarias son un capital social muy importante que debe fortalecerse para el desarrollo de esquemas de manejo de bosques. A partir de ello, la forestería comunitaria representa una enorme oportunidad para el crecimiento del manejo forestal sustentable. Comunidades mayas en Quintana Roo, por ejemplo, están a cargo de los primeros bosques tropicales que fueron certificados a nivel mundial por el Forest Stewardship Council (FSC), al cumplir con los estándares de manejo forestal sustentable. No obstante, las experiencias exitosas de forestería (manejo de los recursos forestales) comunitaria aún son la minoría, lo cual es reflejo de una problemática compleja.VI
     Entre los retos que nos competen a los científicos hoy en día, está el desarrollo de una investigación que contribuya al manejo sustentable y su aplicación en un país megadiverso como México. De modo que la colaboración y la vinculación de diversas áreas de la ciencia con las comunidades forestales, como las agencias gubernamentales y no-gubernamentales, sin lugar a duda tienen un papel importante por desempeñar en el fortalecimiento del manejo sustentable de los bosques.

D. B. Bray, L. Merino Pérez (2005). La experiencia de las comunidades forestales en México: Veinticinco años de silvicultura y construcción de empresas forestales comunitarias. SEMARNAT/INE/CCMSS/Fundación Ford.

Dra. Tarin Toledo Aceves

Es investigadora en el Instituto de Ecología A. C. y pertenece a la Red de Ecología Funcional. Sus líneas de investigación son: Ecología forestal, en particular, Dinámica de la regeneración de árboles en bosques manejados y aprovechamiento de recursos forestales no maderables.

Dra. Luciana Porter Bolland

Es investigadora Titular A, en el Instituto de Ecología A. C. y forma parte de la Red de Ecología Funcional. Es miembro del SNI (I) y su línea de investigación versa sobre el Manejo de recursos naturales con énfasis en los bosques tropicales y en el papel de la población local para la conservación de la biodiversidad. 

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