En México, el crecimiento poblacional se encuentra altamente concentrado en zonas urbanas, casi ocho de cada diez habitantes vivimos en ellas; peor aún, en 74 grandes ciudades denominadas áreas metropolitanas. Por otro lado, según los datos,1 nueve de cada diez hogares en las grandes ciudades del país cuenta con agua entubada en su vivienda, mientras que en localidades rurales (menores a 2,500 habitantes), sólo la mitad cuenta con ese servicio. Sabemos que trece ciudades cuentan con más de un millón de habitantes y ocho de ellas —Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México, Toluca, Querétaro, San Luis Potosí, León y Guadalajara— se localizan en la zona central del país.1
En general, la distribución de las ciudades registra una alta concentración poblacional en la zona central del país con algunas urbes en el norte y poca presencia de conurbaciones fuera de la zona central (mapa1). La alta densidad poblacional, así como su rápido crecimiento implica no sólo el incremento en requerimientos del servicio de agua entubada, alcantarillado y saneamiento para nuevas viviendas, sino también una fuerte presión debido a la extracción de mayores volúmenes de las fuentes. El mapa 1 muestra la distribución de zonas metropolitanas en las 13 regiones hidrológico administrativas definidas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), así como la disponibilidad de agua renovable per cápita y por región. El caso extremo es la Ciudad de México con sólo 147 m3/hab./año; para contextualizar este dato, se considera que una población enfrenta escasez de agua cuando la disponibilidad se encuentra por debajo de los 1.000m3/hab./año.

Según la definición de la Conagua, el término “agua renovable” alude a la cantidad de ésta que, en la región, es renovada por la lluvia, así como por el agua proveniente de otras zonas. En México, las regiones que concentran 80% de la población (centro, norte y noroeste) cuentan con la tercera parte del agua renovable; en contraste, las regiones del sureste disponen de dos terceras partes del agua renovable y ahí reside 20% de la población.2
En el mapa 2 se muestra la distribución de las zonas metropolitanas y las conurbaciones del país, así como la situación de las aguas subterráneas, de acuerdo con los acuíferos definidos por la Conagua. Un acuífero puede entenderse como una estructura geológica subterránea en la que se almacena agua, la cual circula mediante infiltración.

Las zonas metropolitanas de México son aquellas redes de ciudades que incluyen varios municipios, de dos o más estados o ciudades con más de un millón de habitantes, registran un patrón de localización concentrado en acuíferos sin disponibilidad de agua; más importante aún, el uso de agua en esas ciudades intensifica la sobreexplotación de sus acuíferos (mapa 2); así, de manera general se puede definir un acuífero sobreexplotado como aquel cuerpo de aguas subterráneas del cual se extrae más agua de la que se puede reponer naturalmente durante un año (mapas 1 y 2).