
Tras mis últimos viajes fotografiando vastas extensiones de bosques, selvas y mares en busca de hongos, aves, peces o algún mamífero que se dejase capturar por la lente de mi cámara, nunca me había sentido tan atraído y maravillado por un bosque templado, como me ocurrió en los bosques del volcán la Malinche.
Por desgracia, estuvo totalmente nublado y no pude apreciar el volcán en todo su esplendor, tampoco los hermosos paisajes que son visibles desde la parte alta. Pero, en cambio, al entrar en el denso bosque de pinos y oyameles, puede percibir árboles de enorme tamaño, hongos de colores y suelos tapizados de musgo que, juntos, hacían evocar una obra creada por Claude Monet o van Gogh.
Agradecemos a todo el equipo de la Estación Biológica de la Malinche
por el apoyo brindado para la realización del presente trabajo.
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