Con prólogo de la doctora María Luisa Torregrosa, quien coordina la Red de Agua, de la Academia Mexicana de Ciencias, este libro presenta los resultados del análisis de dos décadas acerca de la conflictividad social en torno al agua en México. “Es una síntesis explicativa, teórico-empírica de las luchas por el agua, la correspondencia entre el proceso de dichas luchas con transformaciones estructurales que dan pie a un análisis político-social” (p. 8). Es una invitación a investigar, para profundizar en esta misma línea o derivar en otras más que permite el tema por su impacto y amplitud. 
     La “Introducción” incluye “El contexto de nuestra problemática”, “Los principales presupuestos conceptuales y metodológicos” y la “Estructura del libro”. En esta primera parte se destacan la falta de políticas públicas en torno al recurso hídrico y la escasa posibilidad de alcanzar metas por falta de recursos económicos. Estos últimos factores influyen para hacer que el conflicto sea algo más que estructural, dada la pobreza en nuestro país. De este modo, se plantean tres puntos de partida: la distribución poblacional desequilibrada, la explotación mermada y la contaminación que aumenta.

     La autora, Karina Kloster, estudia la década final del siglo XX y la primera del siglo XXI tomando como marco teórico a Clausewitz, Max Weber y Piaget. Lo que permite definir los conceptos de lucha social, toma de conciencia y acción social, para presentar como unidad de estudio la acción de lucha. 
     La metodología fue la revisión de prensa escrita de este periodo, lo que establece ciertos alcances y limitaciones para llegar a conclusiones.
     “Los conflictos por el agua en México, 1990-2010”, “De la percepción de la escasez a la lucha por el agua” y “El agua: la construcción de un territorio político” son los tres capítulos en los que se presenta la evolución de los conflictos, el panorama de formas de lucha y los niveles de conciencia. Se exponen conclusiones relevantes que permiten al lector dar seguimiento a la investigación, su proceso y resultados. Además de visualizar las transformaciones, las tácticas y las causas de las manifestaciones para establecer nuevas problemáticas.
     Más adelante se define la identidad social de aquellos que luchan, a partir de la explicación de conceptos: construcción social, identidad y lucha.
     Los resultados obtenidos perfilan tendencias que permiten identificar los campos o formas de lucha. Esto contesta y constata: ¿contra quién se lucha?
     Lo interesante de este análisis en cuanto a direccionalidad es que da pie para establecer un panorama social y político de los años estudiados sobre el fenómeno en cuestión.