Las leguminosas contienen diferentes componentes bioactivos, también llamados fitoquímicos que, aun cuando no son considerados esenciales, su consumo regular se refleja en beneficios para la salud.
El almidón resistente de las leguminosas (porción del almidón que no es digerido y logra llegar intacto al colon) contribuye a la salud en diversas formas: favorece la baja respuesta glicémica, es decir, el consumo de leguminosas no causa una elevación exagerada de la glucosa en sangre; tiene un bajo aporte calórico (2 Kcal/g; 4 Kcal/g en el almidón digerible); y actúa como fibra soluble y alimento para los microorganismos del colon. Su utilización por parte de la flora intestinal produce ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que confieren beneficios a la salud del colon.
Los fitoesteroles, o esteroles vegetales, son componentes con características de grasa de estructura similar al colesterol que forman parte de las membranas de células vegetales; los cuales han probado reducir los niveles de colesterol malo (LDL, lipoproteínas de baja densidad) en sangre, esto lo logran al incrementar la secreción hepática del colesterol. Aunque en las legumbres los fitoesteroles se encuentran en pequeñas cantidades, los estudios epidemiológicos relacionan su consumo con la disminución en las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Las saponinas (responsables de la espuma formada durante el cocimiento de las leguminosas) presentan actividad anticarcinogénica, suprimen el potencial metastásico de los tumores, mediante la regulación de las enzimas implicadas en la vía de la apoptosis (muerte celular programada). Contribuyen también a disminuir la hiperlipidemia, que es el exceso de grasa (colesterol y triglicéridos) en la sangre, al formar un complejo con el colesterol que inhibe su absorción intestinal. Al aumentar la excreción de ácidos biliares, algunas saponinas disminuyen indirectamente el colesterol.
Los azúcares denominados oligosacáridos no son digeridos ni absorbidos en el intestino delgado y, por tanto, son aprovechados en el colon por la flora, causando la formación de AGCC y cierto volumen de gas (metano y CO
2) que generan molestias intestinales (flatulencia o meteorismo). Por lo anterior, algunas personas eluden el consumo de legumbres; sin embargo, el metabolismo de los oligosacáridos puede beneficiar la salud inmunológica e intestinal; además, el consumo habitual de éstos puede conducir a su tolerancia, es decir, a la disminución de los síntomas.
Taninos, ácidos fenólicos y flavonoides son compuestos fenólicos presentes en las legumbres, los cuales presentan características químicas que les permiten eliminar los radicales libres, atrapar metales, activar las enzimas e inhibir oxidasas; lo que se traduce en propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticancerígenas, y antimicrobianas.
El ácido fítico, aun cuando ha sido considerado antinutriente por disminuir la biodisponibilidad de ciertos minerales, promueve la salud humana, pues ha mostrado efectos antioxidantes y anticarcinogénicos por diferentes vías.