En un puente peatonal de la Ciudad de México, situado frente al Centro Médico Siglo XXI, del IMS, se anuncia en mantas diversos cursos que se imparten en el auditorio de ese centro hospitalario; entre ellos, llama la atención uno sobre mecánica cuántica -rama de la física que describe el comportamiento de las partículas elementales- y una supuesta forma de aplicarla en la vida diaria de cada persona.
Nociones como ésta han estado circulando desde hace varias décadas, sobre todo cuando se puso de moda la idea de que, como resultado de algunos experimentos relacionados con el comportamiento de las partículas subatómicas, se podía llegar la conclusión de que el observador estaba en posibilidad de determinar, a distancia, el estado energético o la posición de la partícula por el mero hecho de realizar la observación.
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