Uno de los principales retos para México es lograr la exitosa vinculación entre el sector empresarial y los científicos para desarrollar productos con un alto valor agregado y con ello impulsar el crecimiento económico del país. Para conseguir esto una nueva puerta está a punto de abrirse con el nacimiento de Biocluster de Occidente, organismo integrado por instituciones de nivel superior y empresarios cuya finalidad es facilitar la transferencia de tecnología para la creación de negocios. Biocluster de Occidente estará integrado por el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) miembro del Sistema de Centros Conacyt, la Universidad de Guadalajara (U de G), el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y empresarios, tanto del sector farmacéutico, en las ramas humana y veterinaria, como de alimentos de la región.

El organismo tiene como objetivo reunir a las empresas y a los grupos de investigación para colaborar entre sí y puedan desarrollar productos o tecnologías comercializables, todo mediante la firma de convenios y el pago respectivo por el derecho al uso o explotación del desarrollo tecnológico. “Te voy a poner un ejemplo: yo como empresario no tengo investigación propia, pero el CIATEJ sí, ahí hay investigadores que hacen ciencia básica y tecnología; el ITESO no tiene investigadores en ciencia básica, pero tiene especialistas en mercadotecnia, en administración, e incluso, incubadores de empresas; entonces yo –el empresario– utilizo a estas dos, me vinculo con ambas y me ahorro una fortuna en tiempo y dinero que necesitaría invertir si quisiera contratar a los investigadores y crear todo el soporte intelectual por mi cuenta... esto es el biocluster.”

Biocluster de Occidente contará con tres comités: uno técnico de expertos por especialidad: veterinaria, farmacéutica y alimentos, cuya función será evaluar los proyectos para decirle a una empresa si le conviene invertir o no, todo con base en estudios de factibilidad y de mercado; otro será el administrativo, el cual propiciará que los representantes legales de las empresas y centros de investigación lleguen a acuerdos y, finalmente, un comité integrado por investigadores, empresarios y técnicos ya retirados, de quienes se buscará aprovechar su experiencia.

HACIA LA AUTOSUFICIENCIA TECNOLÓGICA
El doctor Gregorio Cuevas señala queBiocluster de Occidente será negocio sólo para las empresas y centros de investigación, no para el biocluster, pues éste únicamente recibirá un pequeño porcentaje en caso de que algún proyecto se concrete. “El biocluster será autosustentable siempre y cuando se vincule una empresa con un centro de investigación y dé origen a un producto; el cual dará al investigador la riqueza; al centro, recursos para seguir trabajando, y al biocluster un pequeño porcentaje para continuar su labor con otras empresas y centrosde investigación.”

Dicho porcentaje todavía está siendo analizado, y se calcula entre tres y cinco por ciento en función de la cantidad pactada entre la empresa y el centro de investigación por la transferencia tecnológica.

Sin embargo, más allá de la riqueza generada para las empresas, el doctor Cuevas señala que el verdadero beneficio será para el país, pues con el desarrollo de tecnología propia México será cada vez menos dependiente del extranjero en materia de tecnología. Como ejemplo citó el caso de la industria farmacéutica mexicana, la cual actualmente tiene que esperar hasta 20 años para que una transnacional libere una patente y entonces pueda traer un fármaco para producirlo sin violar ley alguna. Pese a los beneficios que el biocluster aportará, el doctor Cuevas subraya que sus efectos se verán en un par de años, pues advierte: “el biocluster no es la panacea, no generará riqueza inmediata y directa, sino gradual.”

Se espera que el biocluster quede formalmente instalado durante el primer bimestre del año, en cuanto se lleve a cabo la última reunión para la firma del convenio entre el CIATEJ, la U de G y el ITESO.