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Marzo-Abril 2012
Hélix

J. J. SALDAÑA
E. CASTAÑEDA

El Instituto Geológico y la Revolución Mexicana

El Instituto Geológico se fundó en 1891, para hacer estudios sobre recursos metalíferos, principalmente, en manos de compañías extranjeras. En 1903 se inició el servicio topográfico para adaptar los planos existentes a las necesidades del trabajo geológico.

Después de la renuncia de Porfirio Díaz, algunas instituciones, así como proyectos científicos –aunque establecidos durante su largo gobierno de más de 30 años– continuaron en la escena política y científica del país. Esto debido a que proporcionaban un servicio al Estado o a los personajes que lo encabezaban; hablamos de proyectos que, por responder a una afinidad ideológica, encontraron ubicación en el gobierno de la Revolución (como ocurrió con Alfonso L. Herrera y el Museo de Historia Natural).

El caso del Instituto Geológico, una institución típicamente porfiriana, realmente proporcionaba servicios al Estado, y Venustiano Carranza, al triunfo de la Revolución Constitucionalista, en la reordenación que llevó a cabo de las instituciones científicas existentes en 1914-1915,1 no eliminó este instituto; por el contrario, lo mantuvo, aunque modificando su orientación epistémica, su organización, y sus condiciones de operación.

Podemos afirmar que la participación de Venustiano Carranza en la Revolución Mexicana determinó los destinos de México, pero también los de la ciencia, pues aunque durante el Porfiriato ocupó los cargos de senador de la república y gobernador del estado de Coahuila, su forma de pensar distó mucho de la del grupo político que durante largo tiempo constituyó el círculo cercano de Porfirio Díaz, el llamado grupo científico que, como lo calificara Luis Cabrera: “… sólo ha tomado de la ciencia aquellos postulados que están de acuerdo con sus intereses.”2 Carranza se opuso decididamente al cuartelazo de Huerta por lo que convocó a las fuerzas políticas y militares en torno al objetivo político único del restablecimiento de la legalidad.

Entre 1913 y 1914, en plena lucha armada contra Huerta, se fue configurando el programa de reforma social con los aportes de diversos grupos revolucionarios (zapatistas, orozquistas, carrancistas, los de la Casa del Obrero Mundial, etc.), y en este escenario, Carranza advirtió que la atención de los complejos problemas del país requeriría de un gobierno fuerte, pues muchos intereses se opondrían a tal programa. Pensaba que el proyecto de reforma social debí emprenderse de inmediato como parte de la inercia revolucionaria, pues las demandas de los obreros, campesinos, clases medias e industriales nacionalistas, entre otros, no podían posponerse.

Encuentre la información completa en la versión impresa de Ciencia y Desarrollo,
Mayo-Junio 2012
Curriculum

 

Juan José Saldaña es doctor en Historia y Filosofía de la Ciencia por la Universidad de Paris I. Profesor titular en la Facultad de Filosofía y Letras-UNAM. Investigador Nacional, nivel III.

Edgar Castañeda Crisolis es doctor en Historia, y profesor de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Estado de México, Centro Universitario UAEM-Atlacomulco.

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