En el siglo XX un par de científicos matemáticos intentaron explicar la interacción presa-depredador con un modelo de ecuaciones que lleva sus apellidos Lotka y Volterra. Después, algunos ecólogos resumieron estas interacciones mediante un código, el signo “+” para el organismo que se beneficia y “-” al que resulta afectado. Así, cuando comemos una hamburguesa o un bistec, el “+” representa a los depredadores que la comemos, y el “-“ a la vaca.
Pero escribir “+ -” para definir quién se comió a quién no es suficiente, pues en la naturaleza hay una gran diversidad de organismos con formas distintas de depredar y obtener su energía. Para entender mejor cómo ocurren las interacciones entre depredadores y presas es importante reconocer los tipos de depredadores y las presas con las que interactúan según diferentes definiciones o perspectivas.3
Begon, en 1999, menciona una primera forma de clasificar a los depredadores y, quizá, la más simple, la taxonómica,4 la cual propone agrupar a los depredadores según el grupo de organismo que consumen: los carnívoros comen animales, los herbívoros comen plantas y los omnívoros comen animales y plantas.
Otra forma de clasificar a los depredadores es la funcional, propuesta por Thomson, en 1982, que se enfoca en el modo de alimentación de los depredadores y no de qué se alimentan. Toma en cuenta si el depredador consume todo o parte de la presa, si mata o no a la presa e, incluso, si mata a la presa al momento de atacarla o tiempo después de atacarla.3 Esta clasificación es la más común, y es la que estaremos usando a lo largo de esta lectura. (Tabla 1)
Los “depredadores verdaderos” son aquellos que matan a su presa de modo más o menos inmediatamente después de atacarla y, en el transcurso de su vida, lo hacen con varias presas. Ejemplo de ello son las arañas que se alimentan de mosquitos, o las catarinas que se comen pulgones.
Otro grupo son los ramoneadores los cuales atacan a muchas presas en su vida, pero toman sólo una parte ellas, como los venados, vacas, lagartijas y monos, al igual que las sanguijuelas y los murciélagos vampiro.3
Por otro lado, están los parásitos, que tienen una forma de depredación similar a los ramoneadores, pero con una íntima interacción con su hospedero, interactuando con un individuo en su vida. Sin embargo, algunos parásitos pueden causar daños a su hospedero; tal es el caso de algunas bacterias, protozoarios como el Trypanosoma cruzi, agente de la enfermedad de Chagas e, incluso, invertebrados como las tenias y las lombrices.
Por último, están los parasitoides, cuyos individuos interactúan una sola vez en su vida con su presa –huésped–. El parasitoide adulto deposita un huevo dentro o cerca del huésped, del cual sale una larva que se alimenta de él hasta lograr su madurez; en ese momento sale del huésped causando la muerte del hospedero. Los parasitoides, por lo general, son insectos más pequeños que el huésped y pueden medir desde milímetros hasta algunos centímetros de longitud.3
Entonces, si nos alimentamos de vegetales ¿somos depredadores?, o un conejo que come zanahorias ¿se considera un depredador? Según la clasificación funcional, sí. (ver Tabla 1)1,3,4
Tabla 1: Clasificación funcional de los depredadores (Thomson, 1982)
Tipo de depredador Característica que lo defineDepderador verdaderoMata a su presa casi de forma inmediata.RamoneadorConsume sólo parte del organismo.PrasitoideEl adulto deposita un huevo en su presa (hospedero), la larva se alimenta dentro de ésta y, cuando llega a su estado adulto, el hospedero muere.ParásitoEl adulto vive y se alimenta dentro del hospedero (presa), y rara vez lo mata, pero le puede causar daño.