Entrevista con Fausto Arellano Carbajal
De gusanos a humanos: Investigación en biología molecular


Entrevista con Fausto Arellano Carbajal
De gusanos a humanos: Investigación en biología molecular
      Autores

“Para cada pregunta biológica existen modelos ideales para darle respuesta y México tiene muchos modelos ideales para contestar mis preguntas"

Fausto Arellano, profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Naturales de la
Universidad Autónoma de Querétaro (FCN-UAQ) y quien cuenta con un posdoctorado en Biología Molecular por la Universidad de Cambridge. 

Fausto, como prefiere que se refieran a él, siempre fue atraído por las ciencias naturales y por investigar. “Al buscar carrera encontré que la Oceanología era casi renacentista porque mezclaba física, química, matemáticas y geología, además de estar orientada a la investigación; así que estudié esta licenciatura en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC)”.
     Como buen investigador, en poco tiempo encontró una nueva línea y comenzó a trabajar en el CICESE con bacterias marinas y más tarde con química de algas. Desde entonces “ya sentía el llamado a la biología molecular, no alcanzaba entender lo que era”. Poco a poco cambió el chip y durante la maestría se abrió un nuevo panorama que le permitió identificar, a nivel molecular, bacterias marinas que tuvieran alguna propiedad. 

Pronto el Dr. Arellano encontraría su misión en los gusanos. “Entre la maestría y el doctorado ya tenía comezón de buscar una nueva frontera y un día estaba en la biblioteca viendo una revista en la que venía una revisión de un artículo en el que se hablaba sobre un gen clave para regular el comportamiento social en nematodos. Me fascinó el tema y decidí irme a San Diego, California, a buscar el artículo completo; claro que lo leí y no le entendí, pero ya estaba enganchado en un nuevo tema”, ambos soltamos una franca carcajada y continuamos la entrevista.
     Como la parte académica no se separa de la personal, el entonces Maestro y su esposa, también investigadora, se fueron a Inglaterra a hacer el doctorado. En Cambridge Fausto conoció (después de mucho “darle lata”) al Dr. Mario de Bono, autor de aquel artículo fascinante, y a quien convenció de dirigirle la tesis de grado en genética del comportamiento.
     “Este nematodo es un gusano de vida libre que sólo tiene 302 células nerviosas; para poner en contexto: tenemos cien mil millones y es mucho más abor-dable trabajar comportamiento en ese circuito que en un mamífero. Así que buscamos cómo los genes podían influenciar el comportamiento y sus repercusiones; sin perder de vista que no son sólo los genes, sino la interacción de los genes con el ambiente los que regulan el comportamiento. Este gen con el que se inicia la historia, es un receptor de un neuropéptido, por lo que comprobamos la fuerte relación entre nematodos y humanos”, comparte emocionado el especialista en biología molecular.

Antes de volver a su país, Arellano Carbajal hizo un posdoctorado en Inglaterra en el cual encontró que los peces cuentan con una estructura homóloga a nivel de desarrollo molecular, como los humanos tienen amígdala, y que les permite percibir y regular sus emociones.
     Ya en México volvió a los nematodos como modelo para comprender el comportamiento humano, esta vez sobre la toma de decisiones. “Cómo tienen una elección conductual y qué bases genéticas y celulares regulan esto”, explica.
     Al trabajo de investigación sobre comportamiento se ha unido otro modelo: un ciliado, unicelular de un milímetro, en el que se detecta su proceso de toma decisiones. Este trabajo se realiza en conjunto con un investigador en San Francisco. “Queremos ver cómo responde y si hay algo paralelo entre el nematodo y el ciliado”.
     Por otra parte, en un lago artificial de Juriquilla se encontró un oligoqueto acuático (lumbriculus varigatus), un anélido que es capaz de regenerar tejido. “Estamos tratando de desarrollar un modelo genético y molecular para entender las bases celulares y moleculares que permiten la regeneración axional. Además de cómo se pueden regenerar estas partes de las neuronas para eventualmente poder aplicarlo en humanos. Estamos en pañales, pero la regeneración es fantástica”. 

La mezcla de estos tres elementos es lo que para Fausto resulta de vital importancia en la investigación en nuestro país: “Mi fuerza motriz es mi inmensa curiosidad, que es lo que me mueve en este campo; mi compromiso es hacia mis tesistas. El éxito de un investigador no se mide por el investigador per se, sino por el éxito que tienen sus estudiantes, es lo que importa. La investigación es un gran trabajo en equipo en el que se involucra el conocimiento y la comunicación.
     Al terminar la plática comprobamos que no hay una distancia tan grande entre los gusanos y los humanos; mucho menos entre los laboratorios y nuestra vida cotidiana, ya que el vínculo está en la divulgación. 

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