Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM diseñaron un dispositivo que contiene bacterias lácticas inmovilizadas en un soporte sólido.
“Las bacterias lácticas son las que hacen que la leche se espese y se produzca un tipo de yogur; sin embargo, para que esto suceda las bacterias lácticas deben cubrir ciertas condiciones como: que se encuentren en una cantidad suficiente, estén vivas y metabólicamente activas”, explica el doctor Pablo Pérez Gavilán, líder de esta investigación.
“Para el desarrollo de este dispositivo, primero se obtuvieron las bacterias en un fermentador, después se colocaron en un papel y, debido a la humedad que persiste en éste, se utilizó dióxido de carbono para secarlo y sin provocar la muerte de las bacterias”, menciona.
Lo que se obtiene es una especie de bolsita de té, la cual se coloca en un vaso de leche y entre 24 y 30 horas después las bacterias convierten la bebida en un tipo de yogur.
Dicha bebida adquiere la textura, acidez, viscosidad y sabor de un yogur, “a diferencia de los productos que actualmente se comercializan, éste sí contiene las bacterias, en este caso, del tipo Lactobacillus bulgaricus, actualmente conocida como Lactobacillus delbrueckii”.
Según el doctor Pérez Gavilán, uno de los objetivos de este desarrollo es que las personas puedan consumir una bebida fresca y con una gran cantidad de bacterias vivas y metabólicamente activas para obtener sus beneficios; por ejemplo, mejoran la digestión, promueven el equilibrio de la flora intestinal, entre otros.
Cabe destacar que el equipo investigador ya cuenta con la patente de este dispositivo, “esperamos que, en algún momento, se pueda comercializar”, concluye.
CARACTERÍSTICAS
|
