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Noviembre-Diciembre 2013
Hélix
 
 
Entrevista LOURDES A. BAÑUELOS

ENTREVISTA CON JAIME ROLDÁN QUINTANA, INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE GEOLOGÍA
El observador de rocas

Entrevista

Jaime Roldán Quintana es ingeniero geólogo de la Escuela de Ciencias de la Tierra (IPN), Maestro en Geología (Universidad de Iowa) y Doctor en Ciencias (UNAM). Es miembro de la Academia Mexicana de Ingeniería. Actualmente es investigador titular adscrito a la ERNO del Instituto de Geología (UNAM). Es docente en distintos niveles académicos en la UNAM, la Universidad Estatal de Sonora y la Unison.

Desde hace cuatro décadas, Jaime Roldán se ha dedicado pacientemente a estudiar rocas ígneas y yacimientos minerales, esta experiencia lo ha convertido en uno de los mayores conocedores de la geología del norte de México.

Desde la Estación Regional del Noroeste (ERNO) del Instituto de Geología de la UNAM, con sede en Hermosillo, Jaime Roldán recuerda que su primer acercamiento a la ciencia fue su experiencia en un grupo de excursionismo. “En una de las salidas vi un afloramiento, un lugar donde había muchas rocas y fósiles; empecé a preguntar quién los estudiaba, me dijeron que eran los geólogos y de ahí nació mi curiosidad por esta carrera que, además, me resultó atractiva porque me permitiría trabajar en el campo, que es algo que siempre me ha gustado”, revela el experto.

La ERNO celebra en 2014 sus primeros cuarenta años de existencia y, desde su fundación, el doctor Roldán ha estado ahí. “La historia de cómo llegué aquí es que el Instituto de Geología decidió crear esta estación en Sonora. Yo estuve dispuesto a trasladarme para acá por dos razones: una es que esta región representa un área de trabajo muy rica, ya que aquí afloran las rocas más antiguas de México y existe todo el registro geológico, es decir, hay rocas de todas las edades, y es el principal estado minero de nuestro país. La otra razón es que en aquel momento yo me acababa de casar y las condiciones laborales que nos ofrecieron eran aún mejores. Así que para mí ha sido muy placentero trabajar aquí todos estos años, y a la vez muy enriquecedor”.

Sobre sus áreas de especialidad, detalla que le han interesado las rocas ígneas, “aquéllas que se forman a partir del magma fundido de los volcanes. Cuando los volcanes se erosionan podemos ver lo que hay debajo y a eso se le llama batolitos, es decir, rocas intrusivas que son las que generan los yacimientos minerales. Aunque aquí en Sonora hay muchos yacimientos relacionados con las rocas intrusivas, que se pueden estudiar también, me interesa conocer la geología de otras regiones de México”.

Roldán explica que “mucha gente dice que el mejor geólogo es el que ha visto más rocas y yo puedo decir orgullosamente que he visto una enorme cantidad de rocas. Esa experiencia no se puede obtener por computadora. Eso me da cierta autoridad sobre los geólogos más jóvenes”.

El oficio de observar e imaginar

“Para ser geólogo se requiere de una gran capacidad de observación y de mucha imaginación, porque a veces sólo vemos una pequeña parte del todo. La tarea de los geólogos es, entre otras, formular hipótesis que vamos probando poco a poco, en ocasiones simplemente con lo que vemos en la superficie y luego hacemos barrenos con lo que se confirma lo que habíamos pensado”, aclara Roldán, quien asegura que la investigación que se hace en México, con respecto a otras regiones del mundo, tiene un buen nivel, y que se puede contribuir con estudios geológicos en proyectos internacionales, sin embargo reconoce que hacen falta más investigadores y más equipos de análisis.

Roldán Quintana apoya hoy día a la Universidad Estatal de Sonora en la formación de estudiantes y en el posgrado de la UNAM; ha colaborado con el Geological Survey de Estados Unidos y con la Universidad de Texas, “cuyo laboratorio de fechamiento de rocas es un fuerte apoyo para mí, pues aquí en México cuesta trabajo o son muy caros y a veces muy tardados los fechamientos”; también colaboró con la Universidad de Baja California Sur y con el Servicio Geológico Mexicano.

Actualmente está involucrado en una línea más de investigación: “Hace un par de años empecé a estudiar un volcán ubicado en el Estado de México, de donde soy originario. Resulta que cerca de mi pueblo hay un volcán que yo no había visto porque siempre iba de vacaciones y no le ponía atención a la geología. Al parecer se trata de un volcán muy joven, localizado en Acambay, en una zona donde hay muchas fallas y volcanes dentro del graben. Yo había estudiado muy poco lo relativo a rocas volcánicas, pero la experiencia que tuve en la Sierra Madre, en el oriente de Sonora, sobre rocas volcánicas, me dio la facilidad para estudiar este volcán que, dicho sea de paso, está poco vigilado”.

Conocimiento científico y desarrollo social
Como miembro de la Academia Mexicana de Ingeniería, Roldán Quintana formó parte del grupo de análisis sobre la propuesta de la Reforma Energética, “aún no sé si nuestras sugerencias, desde el punto de vista científico, pudieron ser consideradas sobre el borrador que se iba a presentar al Gobierno Federal”.

En cuanto a la relación con la iniciativa privada, señala que “las empresas utilizan el conocimiento generado por mi investigación o las de otros compañeros para orientar sus exploraciones en la búsqueda de materiales para la industria, en muy diversos ramos. La importancia de la geología también radica en la exploración para encontrar depósitos de agua, que aquí en Sonora es muy escasa, y por ello ya es un tema relevante. Aunque no es mi especialidad, sí estoy atento a esa parte de la exploración, porque el agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más valioso, mucho más que el oro. Incluso creo que vamos a tener que utilizar el agua del mar muy pronto”, afirma.

Sobre los retos a largo plazo apunta: “las cuestiones que me gustaría responder algún día son la predicción de sismos y de la erupción de un volcán. Ha habido miles de intentos, pero aún nadie lo ha logrado. Incluso los especialistas de esas áreas nos dicen que, para conocer un volcán, hay que tener muchas estadísticas, y en el mejor de los casos se tienen estadísticas de tan sólo cien años”, comenta Jaime Roldán.

“Hemos tenido convenios con empresas privadas, pero es una situación compleja porque, en general, las empresas cuidan mucho sus datos, y no les resulta conveniente que nosotros publiquemos cuál es la geología de su mina o datos sobre sus reservas. El hecho de que no podamos publicar resultados de forma inmediata, sino hasta después de tres o cuatro años, omitiendo las cuestiones económicas, se contrapone en algún momento con el compromiso de informar a la iniciativa privada qué hacemos a todos los contribuyentes, y al Conacyt, que ha financiado parte de mi formación profesional y de mi trabajo: yo me debo a la sociedad.

”Como investigadores científicos, una de nuestras funciones es divulgar, desafortunadamente a veces descuidamos ese aspecto. Por lo pronto, a mí me encanta dar conferencias sobre todo a niños, a gente joven, ver sus caras de asombro cuando les hablo; se me facilita la labor de compartir mis conocimientos y la seguiré haciendo mientras sea posible. Yo creo que he sido afortunado de trabajar durante cuarenta años en lo que me gusta hacer”, finaliza el doctor Roldán.

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