Ruido urbano, oído y reproductores portátiles de sonido
En gran medida, fueron los criterios de rentabilidad económica y no los de índole médica los que determinaron la reglamentación de exposición a ruido, dada la presión de empresarios, por las costosas indemnizaciones que debían pagar.
El uso de reproductores portátiles se extiende cada día en forma vertiginosa. Una de las peculiaridades de este modo de oír música es que los audífonos se introducen en el conducto auditivo de los usuarios, emitiendo así el sonido a muy corta distancia de la membrana timpánica, sometiéndola, en consecuencia, a tan altos niveles de intensidad que colocan al oído todo en zona de riesgo.
El escuchar música mediante audífonos, aunado al hecho de que —sobre todo entre los jóvenes— hay un uso exagerado de reproductores portátiles, puede inducir sordera de manera progresiva e inconsciente. Pese a este hecho, no hay mucha difusión acerca de los niveles de volumen a los cuales el sonido empieza a inducir daños; tampoco la hay respecto a los tiempos de exposición recomendados para los diferentes niveles y, de hecho, tampoco se hace del conocimiento público a qué niveles de intensidad, usualmente se somete un escucha con el empleo de estos auxiliares.
En un intento de subsanar esta falta de información, se presenta una breve exposición sobre la forma como funciona el órgano del oído humano, los diferentes tipos de ruido a los que está expuesto en una sociedad como la nuestra, los daños que puede sufrir, y un estudio estadístico relacionado con la intensidad sonora a la que una muestra de 50 estudiantes acostumbra escuchar música en sus reproductores portátiles.
Encuentre la información completa en la versión impresa de Ciencia y Desarrollo, Julio - Agosto 2014
José Antonio Peralta es investigador del Departamento de Física, Escuela Superior de Física y Matemáticas- IPN.