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MARIO MÉNDEZ ACOSTA |
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| Remedios para la vejez |
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| En el mercado, existen productos que según ayudan a retardar el envejecimiento como el resveratrol y el ginkgo biloba muy populares entre la población pero con pocos estudios científicos que respalden sus cualidades como contenedores de sustancias anti-envejecimiento. |
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El gran sueño de la humanidad ha sido siempre lograr ampliar el plazo de una vida útil y disfrutable, así como disminuir el deterioro causado por la vejez. Como ocurre con todo proceso que implique ir en contra de la segunda ley de la termodinámica, lograr dicha meta supone hacer grandes esfuerzos.
Esa ley condena a todo sistema u organismo complejo, como lo es un ser humano, a sufrir un deterioro creciente con el tiempo, el cual requerirá un también creciente gasto de energía para poderlo contrarrestar.
Para el común de las personas, el combate al envejecimiento implica hacer mucho ejercicio sistemático y bien asesorado; combatir el estrés y las preocupaciones y llevar dietas muy severas en las que se evite consumir malos nutrientes que favorezcan ese deterioro.
Ésa es la razón por la que son muy buscados y estimados, en el mercado de la salud y la alimentación sana, algunos nutrientes o extractos vegetales o de origen animal que, supuestamente, sirven como atajo para lograr algún tipo de rejuvenecimiento o, por lo menos, para retardar el envejecimiento. Estos productos que incluyen, por ejemplo, el resveratrol, el ginkgo biloba, la semilla de uva y muchos otros, basan su éxito en el mercado en la fama acumulada por decenios y en el rumor positivo, pero pocas veces los respaldan estudios clínicos severos o la determinación bien documentada de las causas bioquímicas fundamentales de su buen efecto en el organismo. Por ello, causó consternación en ese medio la noticia, difundida por el New York Times el pasado 29 de abril, en el sentido de que han surgido nuevas dudas sobre el ginkgo biloba. Señala el reportaje que millones de personas toman en forma regular suplementos alimenticios de ginkgo biloba para mejorar la memoria y para prevenir las demencias seniles. Agrega que ningún estudio ha encontrado evidencia sólida de que ello ocurra, pero no parecía que la sustancia causara mucho daño. Sin embargo, en marzo pasado, algunos científicos dieron a conocer un estudio toxicológico del gobierno mostrando que el extracto causaba cáncer en animales de laboratorio, incluyendo una cantidad excesiva de cánceres de hígado y de tiroides al igual que tumores nasales.
La verdad, esto resulta insólito y demoledor, dada la buena fama y aceptación del ginkgo biloba aun entre médicos y gerontólogos calificados. Estos hallazgos fueron dados a conocer por Cynthia Rider, del Centro Nacional de Toxicología de EU1 y no pretenden concluir que la sustancia es dañina para los seres humanos, pero sí plantean cuestionamientos a la aceptación acrítica que se les brinda a ciertos productos de la medicina tradicional, sobre todo a la que proviene de China.
Desde luego, hay estudios que favorecen el uso del G.Bi., uno de M. H. Pittler y E. Ernst, de la Universidad de Exeter, en la Gran Bretaña, en el cual sugieren que el Ginkgo es modestamente superior a un placebo en el tratamiento de un malestar llamado claudicación intermitente.2
Otro análisis del Instituto para la calidad y eficiencia en el cuidado de la salud, de Colonia, Alemania,3 dice que hay beneficios del GB en la vida cotidiana, en el aspecto de la cognición, aunque no fue posible cuantificar ese efecto. Ginkgo biloba también parece ser más efectivo que un placebo en el tratamiento de la demencia, según un estudio de la Universidad de Medicina, de Luisenstrasse en Alemania.4
Un estudio integral del grupo eMed TV (“Does Ginkgo biloba work?”) concluye con cautela que se requiere más investigación para confirmar que el GB es en realidad efectivo y seguro y que no es más que un suplemento dietético.5
Otro producto muy publicitado es el resveratrol, obtenido en especial de la cáscara de la uva roja o del vino tinto. Existen varios estudios que respaldan algunos efectos positivos, pero tampoco existe una explicación analítica de por qué tiene este efecto y de las dosis que son requeridas para lograr un efecto real.6
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