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Marzo-Abril 2013
Hélix
 
 

PILAR MARTÍNEZ

Monitorean ruido del Zócalo capitalino
Agaves y su relación con los murciélagos
Simulan el desarrollo de galaxias pequeñas.
Medidas para reducir los niveles de ruido y evitar contaminación acústica.

Especialistas del Centro de Investigación en Computación, del IPN, en colaboración con el Instituto de Ciencia y Tecnología del D. F. (ICyT DF), instalaron, en el Centro Histórico, un sistema de monitoreo de ruido ambiental, para detectar el impacto acústico de la zona.

“Dicho sistema se colocó en 10 puntos en los que se presenta ruido muy elevado, por ejemplo, Eje Central Lázaro Cárdenas y 5 de mayo (frente al Palacio de Bellas Artes), Eje Central Lázaro Cárdenas esquina Meave, y Corregidora esquina Pino Suárez. Los equipos están conectados, por vía Internet, a un centro de control que se encuentra situado en el ICyT-DF”, explica el doctor Luis Pastor Sánchez Fernández, líder del proyecto.

Se calculó un conjunto de indicadores estadísticos relacionados con el impacto acústico y se realizó un análisis espectral que consistió en identificar dónde se encuentran las frecuencias más intensas; para ello se utilizó sistemas bastante sofisticados capaces de enviar los registros, cada cinco minutos, al centro de control. “Después de dos años, se pudo evaluar el impacto acústico y mejorar, de forma práctica, algunas medidas para disminuir el ruido ambiental; por ejemplo, en Eje Central y Cinco de mayo, se cambió la dirección del tráfico. Algunas soluciones viales ayudaron a reducir el impacto acústico, como prohibir el tráfico pesado”, menciona.

Con los resultados se pudo reducir hasta en 10 db el ruido en Bellas Artes, donde, en promedio, se tenía de 78 a 80 db, cuando las normas establecen que no se debe sobrepasar los 68 db durante el día y 65 db por la noche.

Según el doctor Sánchez Fernández, se pudo observar que el ruido empieza a intensificarse de las 6:30 a las 7:30 de la mañana, y el tope máximo es a las 10 a. m.; a partir de esa hora se mantiene un poco bajo y comienza a subir alrededor de las 15 h. “La idea es replicar este sistema en los lugares donde se genera un ruido excesivo; también estamos trabajando en el monitoreo móvil para las zonas habitacionales”.

Buenos matemáticos en la América prehispánica
Vivienda sustentable
De poderse fabricar un fármaco a partir de nuestros resultados, tendríamos que reflexionar sobre el papel de la biodiversidad, como fuente de nuevos fármacos.
Los acolhuas hacían cálculos matemáticos, para el pago justo de impuestos.

El llamado Códice Vergara fue realizado por los acolhuas —habitantes de Texcoco— en el siglo XVI, para demostrar a los españoles que los impuestos demandados eran excesivos. En este documento se ve reflejado un gran conocimiento de las matemáticas, razón por la cual, los doctores María del Carmen Jorge, Clara Garza H. y Arturo Olvera C., del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, en colaboración con la doctora Bárbara J. Williams, emérita de la Universidad de Wisconsin, analizan a detalle dicho documento, para tratar de descubrir los métodos matemáticos empleados.

“Estamos estudiando cómo calculaban las áreas y qué tan exactos eran sus cálculos. El Códice consta de tres partes: un censo de población, una sección con las longitudes de los lados de los terrenos que tenía cada casa, y otra con las áreas de los terrenos, que, en conjunto, determinaban cuánto se podía sembrar y, por lo tanto, el tributo que se podía dar”, explica la doctora Garza.

En este sentido, los estudios de la doctora Garza se enfocan en la exactitud de los cálculos de las áreas, a partir de las longitudes de los lados; “para un triángulo, si sabemos las longitudes de sus lados, podemos calcular el área; sin embargo, para polígonos con más de tres lados, las longitudes no determinan el área: si las figuras estuvieran dibujadas a escala, podríamos medir ángulos o triangular y calcular, sumando las áreas de los triángulos. El problema es que los terrenos dibujados en el Códice Vergara no están a escala, por lo que no podemos saber directamente si las áreas que ahí se reportan están bien o no”.

Una solución obvia para verificar los datos sería medir los terrenos ahora, si se supiera dónde están exactamente. “El estudio que hicimos consistió en calcular las cotas para las áreas de las figuras presentadas en el Códice; las longitudes de los lados sí determinan el valor máximo y mínimo que puede tener el área de la figura; encontramos que los acolhuas calculaban bien, todas las áreas reportadas están casi dentro del rango de posibles valores, pero no sabemos cómo hicieron el cálculo, esa parte de la investigación la realizan las doctoras Jorge y Williams.

Según esta investigación, el margen de error en las áreas es de 10%, eso habla muy bien los acolhuas y sus matemáticas: “aunque no estemos seguros de cómo lo hicieron, sus resultados son muy buenos. En estos momentos, estamos tratando de identificar otras zonas para tener más regiones que nos permitan comparar con las áreas del Códice Vergara”, concluye.
Treinta especies en peligro de extinción
Especialistas del parque y zoológico La encantada, en Zacatecas, identificaron 30 especies en peligro de extinción; entre ellas, el águila real, el halcón peregrino, tres especies de gavilanes nativos y algunos tipos de serpientes, como la de cascabel.
Primer lugar en Challenge Bowl Latinoamericano
Estudiantes de Facultad de Ingeniería-UNAM mostraron ser mejores en sus conocimientos sobre geología, exploración sísmica, prospección no sísmica e historia, ante equipos provenientes de Colombia, Venezuela y Argentina.

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