Hace 28 años, cuando aún pocas instituciones académicas del país querían afrontar un proceso de descentralización, investigadores encabezados por el historiador Luis González y González asumieron el reto de fundar, fuera de la capital del país, un centro de altos estudios, y así fue como nació
El Colegio de Michoacán (Colmich).
“El reto era enorme, porque el centro de investigación no se instaló en la capital de un estado importante, sino en una ciudad media, Zamora que, aunque contaba con una gran tradición cultural en esos tiempos, no contaba ni con universidades, ni con librerías, ni con mucha de la infraestructura cultural –teatros, museos, archivos y bibliotecas relevantes– que en ese entonces se consideraba indispensable para la consolidación de un proyecto académico de esta envergadura” relata el doctor Rafael Diego Fernández Sotelo, actual presidente de El Colegio.
A pesar de las aparentes desventajas de su ubicación geográfica, la institución estableció su modelo académico y no sólo eso, sino que también sirvió de detonador para el surgimiento de instituciones educativas similares en otras latitudes del país.
“Nuestro modelo académico está inspirado en el Colegio de México, no inventamos el hilo negro. Se trata de un modelo de excelencia en el sentido de que son pocos los alumnos a los que se atiende y a quienes por tanto se puede brindar un seguimiento puntual y de carácter tutorial”.
“A diferencia de otras instituciones de educación superior, en el
Colmich los profesores son investigadores en activo, lo que contribuye significativamente a la formación de los estudiantes”, añade el doctor Rafael Diego Fernández Sotelo.
“El modelo implementado por el
Colmich resultó tan exitoso, que al poco tiempo empezaron a surgir por todos los rumbos del país instituciones de esta índole inspiradas directamente en dicho modelo, como lo fueron por mencionar unos cuantos: el Colegio de la Frontera Norte, el Colegio de Jalisco, el Colegio del Bajío, el Colegio de Sonora, el Colegio Mexiquense, el Colegio de San Luis. Cabe advertir que algunos de ellos son Centros Públicos de Investigación
CONACYT; Colmich, Colef, Colsan y los demás dependen de los gobiernos de sus respectivos estados”.