VIH/SIDA
Conocimiento actual, avances y desafíos


VIH/SIDA
Conocimiento actual, avances y desafíos
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En 1981, en Los Ángeles, EUA, fueron reportados los primeros casos de pacientes jóvenes homosexuales, debido a que sufrían de lo que hoy día se denomina Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).I Se trataba de jóvenes a quienes, entonces, se diagnosticó neumocistosis (infección pulmonar causada por Pneumocystis carinii, actualmente jirovecci), enfermedad que se observaba únicamente en personas con un sistema inmunitario deficiente.1
     En 1983, Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi, investigadores del Instituto Pasteur, en Paris, Francia, descubrieron el virus responsable del SIDA a partir de un ganglio linfático de un paciente.II El virus descubierto entonces es lo que, posteriormente, se denominó Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), por cuyo descubrimiento, Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi recibieron, en 2008, el Premio Nobel de medicina.

Existen dos virus VIH: el VIH-1 y el VIH-2, los cuales tienen similitudes genéticas, en el modo de transmisión, de replicación y en las consecuencias clínicas: ambos virus son responsables del SIDA; sin embargo, el 1 causa la mayoría de las infecciones, ya que es más contagioso que el 2, el cual está, generalmente, confinado a ciertos países de África y el Caribe.
     La infección por VIH se ha convertido en una pandemia de dimensiones mundiales, ya que hay, aproximadamente, 35 millones de personas infectadasIII de las cuales, la mayoría están en África, pero se estima que alrededor de 12 millones de personas en el mundo desconocen que son seropositivas.2

FIGURA 1. Infección de linfocitos T CD4. Micrografía que muestra la gemación o brote del VIH en linfocitos T CD4 infectados (protuberancias color verde). Crédito: C. Goldsmith.

Este virus se transmite mediante el contacto con fluidos corporales que poseen una cierta concentración del virus. Las principales formas de contagio ocurren a partir de relaciones sexuales no protegidas, aunque también se transmite de madre a hijo (in útero, ya sea durante el parto o la lactancia) y por vía sanguínea (al usar jeringas contaminadas, generalmente, destinadas al uso de drogas).
     El VIH infecta células del sistema inmune; principalmente, las llamadas linfocitos T CD4 (figura 1), aunque tiene la capacidad de contaminar otras células. El VIH está clasificado como un retrovirus, ya que tiene un genoma de ácido ribonucleico y, al infectar una célula, convierte su material genético en ADN (ácido desoxirribonucleico), mediante una enzima conocida como transcriptasa reversa, de modo que, posteriormente, lo incorpora en el genoma de la célula, después de lo cual, puede replicarse para crear nuevos virus o quedarse integrado en la célula durante toda la vida de ésta (figura 2).
     La infección por VIH se divide en tres fases: aguda, crónica y SIDA. La fase aguda corresponde a las primeras semanas o meses de la infección —la mayoría de las veces esta fase de la infección pasa desapercibida, ya que los síntomas son semejantes a los de un resfriado severo—; la fase crónica, o de latencia, dura, en general, varios años (10, en promedio); y la última fase es la de SIDA.
     El SIDA se caracteriza clínicamente por una disminución de la cantidad de linfocitos T CD4 en la sangre (a menos de 200, mientras que, normalmente, varían entre 500 y 1500), la aparición de enfermedades oportunistas3 (como herpes, tuberculosis y neumonía) o cánceres raros (como sarcoma de Kaposi). En ausencia de tratamiento, la esperanza de vida de una persona infectada es variable y depende, principalmente, de la edad, factores genéticos,4 sexo,5 calidad de vida y de la presencia de otras infecciones.

Nuestro organismo es capaz de controlar y eliminar la mayoría de las infecciones virales, pero, en el caso del VIH, existen tres principales obstáculos que impiden al organismo eliminar el virus. Primero, como se mencionó, el VIH infecta a los linfocitos T CD4, que coordinan la respuesta inmunitaria, por lo que dejan de funcionar gradualmente, al igual que el sistema inmune.
     Por otra parte, después de haber integrado su material genético, el VIH puede permanecer de forma latente en la célula sin producir nuevos virus. De esta forma y, debido a que los linfocitos T CD4 pueden vivir mucho tiempo (años o décadas), la infección de estas células pasa desapercibida. Es a partir de estas células infectadas de manera latente que el virus resurge en algún momento (por ejemplo, cuando el paciente deja de tomar sus medicamentos antirretrovirales).
     Por último, uno de los grandes obstáculos para que el sistema inmune logre la eliminación del VIH es que éste muta mucho, por ello, cada vez que se replica, hay modificaciones en su material genético. 
     Sucede que el sistema inmune puede reconocer específicamente ciertas partes de los virus (llamados antígenos), pero, al mutar, los antígenos cambian y ya no son reconocidos por el sistema inmune; para que éste llegue a reconocer específicamente los nuevos antígenos, se necesita tiempo (de una a dos semanas); así que es la gran celeridad de las mutaciones del VIH lo que le permite escapar continuamente de la respuesta inmune e impide cualquier posibilidad de control sobre la infección.
     En 1986, apareció el primer medicamento antirretroviral para combatir el VIH y, en 1996, se empezó a utilizar la triterapia (utilización de tres antirretrovirales), la cual es más eficaz que la monoterapia (utilización de un solo antirretroviral), debido a que ataca simultáneamente dos o tres etapas claves del ciclo viral; esto permite controlar la replicación del virus, el cual es indetectable en la sangre. Hoy día, la calidad de vida de los pacientes bajo tratamiento ha mejorado y la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, aunque seguimos sin tener vacuna alguna que permita proteger a las personas de la infección, y tampoco existe una cura para el VIH. Un ensayo clínico de 2009, sobre una vacuna ha mostrado una pequeña eficacia (32% de las personas vacunadas fueron protegidas de la infecciónIV) lo cual está aún lejos de una protección óptima.

 


Existen varias líneas de investigación para desarrollar vacunas capaces de prevenir o controlar la infección por el VIH y para desarrollar nuevos medicamentos como tratamiento. También, se busca que las personas con VIH, mediante vacunación o un régimen especial de tratamiento, puedan controlar por ellas mismas la infección y no necesiten antirretrovirales cotidianamente. Cabe hacer mención que el consumo de medicamentos antirretrovirales a largo plazo tiene efectos secundarios.
     Algunos laboratorios utilizan modelos animales, principalmente, simios o ratones humanizados (ratones que han sido modificados y tienen un sistema inmune humano), para estudiar la respuesta inmune, durante la infección, o determinar la eficacia de las vacunas. Otros laboratorios analizan cómo erradicar el virus que se encuentra de manera latente en el organismo (en las células infectadas), por ejemplo, estimulando todas las células infectadas del organismo para que repliquen el virus, y de esta manera, las células infectadas sean detectadas y destruidas por el sistema inmunitario o con antirretrovirales. Algunos otros grupos estudian a personas infectadas que controlan la infección naturalmente, para determinar de qué manera su sistema inmunitario controla por sí mismo la infección.
     Después de más de 30 años del descubrimiento del VIH, ha habido muchos avances (figura 3): se ha logrado formular medicamentos cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios; se ha desarrollado modelos animales especiales para estudiar enfermedades humanas; se tiene una mejor comprensión del funcionamiento del sistema inmunitario... Sin embargo, todavía falta mucha investigación para lograr desarrollar una vacuna eficaz contra el VIH; mientras tanto, la manera más eficaz de evitar contagiarse del VIH es protegerse.  

Uriel Y. Moreno Nieves

Es Biólogo y Maestro en Biología Celular e Integrativa, por la Universidad Joseph Fourier, de Grenoble, Francia. Así mismo, estudió Inmunología y microbiología, en la Universidad Laval, de  Quebec, Canadá; así como las células NK durante la infección por VIH, en el Ragon Institute of MGH, MIT and Harvard, Boston. Actualmente, está por terminar el doctorado en el Instituto Pasteur, de París.

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