En la búsqueda de alternativas para dar un nuevo uso a la basura generada, principalmente la proveniente de productos electrónicos, los ingenieros bioquímicos Salucita Román Domínguez y José Antonio Villanueva Vázquez, egresados del Instituto Tecnológico Superior de Acayucan, en Veracruz, diseñaron un cable fabricado con bioplástico capaz de conducir electricidad.
     Este proyecto comenzó con la búsqueda de un polímero conductor de electricidad, así aprovecharon la oportunidad de reutilizar desechos, como envolturas de alimentos chatarra. Según los desarrolladores, en un principio, con este cable lograron encender un foco led de 5 voltios; sin embargo, después de algunas adecuaciones, el producto actual tiene la capacidad de conducir 110 volts, suficiente para cargar un teléfono o una laptop.

     La innovación de este producto está en que para su fabricación no se requieren metales y genera menos desperdicios ambientales; además, es 80% más económico que el cobre, ya que no requiere de procesos y manejos especiales antes de introducirlo a un aparato electrónico.
     Por otro lado, para su introducción en el mercado crearon la startup Ilow que comercializará el producto para ser aplicado, primeramente, en el área de impresión 3D.

Características

Puede conducir hasta 110 Volts, lo suficiente para cargar un celular o una laptop. No requiere del uso de metales. Es 50% más ligero que el cobre y casi tiene la misma conductividad.

Con el propósito de crear un popote biodegradable y comestible, Jesús Abraham Maya Pedraza, estudiante de Preparatoria Tec Multicultural del Tecnológico de Monterrey, campus Querétaro, diseñó unos popotes comestibles.
     Tras realizar diversos experimentos con gelatina y otras sustancias, encontró un alga que, al mezclarla con otros compuestos, forman un material capaz de degradarse y que puede consumirse o ser utilizado para fabricar dichos popotes, bautizados como Popotépetl.
     Por el momento, ya cuentan con un prototipo funcional que brinda una experiencia diferente al consumidor, por ser ecológico y comestible. Cabe mencionar que este proyecto fue desarrollado con el apoyo del ingeniero Rick Swenson.
     El siguiente paso en este proyecto es crear una versión que pueda utilizarse en bebidas calientes y cuyas características sean las mismas que un popote convencional.
     El proyecto Maya Pedraza obtuvo el Premio Nacional de la Juventud 2018, en el rubro Ingeniero Emprendedor, Categoría A.

Cracterísticas

Se degrada en dos semanas. Tiene una vida útil de entre 30 y 45 minutos en agua a temperatura ambiente. Su proceso de producción es rápido, debido a la baja inversión y su precio es muy accesible.