Las comunidades:
Agentes turísticos clave
para salvaguardar
el patrimonio cultural


Las comunidades:
Agentes turísticos clave
para salvaguardar
el patrimonio cultural
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En las últimas décadas, el sector turístico ha experimentado profundos cambios motivados por la rápida modificación de su entorno social y económico. Las nuevas demandas de los viajeros y turistas, así como el diseño de estrategias para potenciar un turismo sostenible y responsable, han dado lugar a la elaboración de estudios y modelos de gestión turística, como el turismo sostenible o el turismo comunitario. En este punto, conviene observar que la participación de las personas involucradas en esta labor supone un tema de gran interés al momento de establecer estrategias y políticas.
     Así, en la Carta Mundial de Turismo Sostenible, adoptada en la Cumbre Mundial de Turismo Sostenible (2015), se manifestó que el turismo debía planificarse a través de procesos participativos en los que los ámbitos local, nacional e internacional establecieran alianzas para que las comunidades locales pudieran influir y participar en la forma de desarrollar y gestionar el turismo. Por tanto, dar voz a los habitantes de los destinos turísticos podría contribuir al desarrollo e implantación de productos turísticos sostenibles, respetando, además, los bienes culturales y naturales. 

Lo cierto es que el creciente uso de la cultura y el patrimonio cultural como parte de las actividades turísticas, sobre todo dentro del denominado Turismo Alternativo —el cual tiene un amplio desarrollo en México—,1 ha incorporado los modos de vida, directa o indirectamente, de muchas localidades rurales al sistema turístico para su consumo. Pero ello, generalmente, se ha traducido en un uso turístico de la cultura sin el involucramiento de la población en tales procesos, lo que podría estar generando impactos turísticos susceptibles de extenderse a la sociedad en sus diferentes niveles y llegar a desencadenar modificaciones en los hábitos y conductas culturales de las comunidades. Este debate fue tratado en las actuaciones que la Red de Estudios Multidisciplinares de Turismo (Remtur) propuso en su programa de actividades durante el año 2016.

     Una de esas actividades fue el taller “Metodología integradora para el diagnóstico de recursos patrimoniales culturales turísticos”, centrado en el registro de los recursos culturales y su integración a los conceptos de planificación turística territorial,2 en el cual fueron analizados los procedimientos sistemáticos en lo relacionado con el acopio de información, incluyendo la percepción de la población, todo lo cual llevaría a suponer una base sobre la que fuese posible diagnosticar la situación del territorio, para planificar evitando desequilibrios e impactos negativos en el desarrollo turístico territorial.

Puesto que el turismo debe ser un agente facilitador de bienestar global, es importante que se planifique de manera integral y, por tanto, las valoraciones sociales, culturales e institucionales deberían formar parte del proceso.3 La inclusión de las personas y sus opiniones —tanto turistas, como locales y expertos en la materia— forma parte de las principales fuentes de información en la planificación territorial turística; por tanto, es indispensable implementar herramientas que garanticen la participación de la población en la toma de decisiones sobre la planificación turística, registrando sus opiniones, valores y percepciones, como parte de los campos de registro de inventarios.


     Esta información es clave para que las comunidades mantengan y mejoren su calidad de vida, además de favorecer integración social y la conservación de sus manifestaciones culturales mediante estrategias de aprendizaje y la adquisición de responsabilidades.4, 5 Comparar los conceptos planteados con la realidad de las investigaciones realizadas hasta el momento en la Península de Yucatán, a través de los diversos sectores representados en los diferentes auditorios universitarios, ha supuesto un punto de partida para diseñar programas de actuaciones orientados a facilitar el empleo de una metodología de registro de los recursos culturales para su gestión turística. Por ello se valoró incluir la participación de las comunidades en las que los recursos culturales identificados han sido insertos, así como su percepción y actitud ante la actividad turística e, incluso, ante sus propias manifestaciones culturales, en los procesos de diagnóstico. Por tanto, la participación comunitaria debe, al igual que en otro tipo de recursos, ser inventariada e incluida en las herramientas de las actividades del turismo.
     Este modo de entender el registro también puede aportar luz a los posibles conflictos que llegaran a derivarse del uso y comprensión de los recursos turísticos por parte de las comunidades colindantes.6 Con esta filosofía se diseñó una metodología integradora que trabajase factores que hasta ahora no solían ser incluidos en la planificación turística de la Península de Yucatán. Así, fue fundamental establecer una base teórica consensuada en torno a los conceptos objeto de un proceso de registro e identificación de los recursos culturales para su uso turístico, lo que nos permitiría establecer categorías de análisis reales y acordes con la Península de Yucatán.

Con el diseño de la metodología2 y el apoyo dado por el Conacyt a través de la convocatoria de Redes Temáticas 2017, se implementó la Metodología integradora para el diagnóstico de recursos patrimoniales culturales turísticos2 y la Metodología para la identificación del patrimonio natural turístico de la Península de Yucatán;7 a partir de estos proyectos se realizó un estudio con el objetivo de considerar la capacidad de carga social y cultural, así como la capacidad de carta turística espacial* en dos comunidades mayas: Sacalaca (José María Morelos) y Tihosuco (Felipe Carrillo Puerto), ambas implicadas en el desarrollo de la ruta de la Guerra de Castas, una ruta patrimonial que se está promoviendo en los últimos años para su uso turístico,8 pues los resultados preliminares pusieron de manifiesto que estas comunidades están a favor del desarrollo turístico en sus localidades y gran parte de los recursos considerados por ellos como importantes, por ser parte de su identidad, también podrían ser accesibles para los turistas.
     Sin embargo, algunos aspectos que podrían afectar al propósito de lograr un desarrollo sostenible social y cultural en estas zonas fueron percibidos en el estudio. Ambas comunidades observan diferencias sociales, económicas y culturales en comparación con los turistas; en consecuencia, algunas variables deben ser consideradas a la hora de planificar la actividad del turismo en estas localidades: la rapidez e intensidad del desarrollo de las actividades turísticas, la capacidad del destino de los turistas para acogerlos, así como el comportamiento entre ambos colectivos.9
     A través del trabajo realizado, hemos detectado que las comunidades están dispuestas a ceder su patrimonio cultural para un uso turístico, lo cual responde a una intención de continuar con los modelos turísticos próximos a estas localidades y podría repercutir en fomentar una visión del patrimonio —construcción social— más económica e, incluso, institucional y tal vez más fuerte que la resultante de la cotidianeidad de estas poblaciones y sus significados; algo más acorde con el concepto de sostenibilidad.
     Como investigadoras y gestoras del patrimonio cultural y de su uso turístico, nuestro papel consiste en asistir y enfatizar la responsabilidad de proteger los bienes culturales de estas comunidades, junto con las administraciones que deben tutelar y ejercer su papel como últimos responsables de su conservación y buen uso, por ejemplo, con medidas de protección y fomentando la educación patrimonial. Por ello, todas las relaciones sociales que sea posible establecer entre habitantes y turistas —incluidos los conflictos— deben integrarse para fortalecer la posibilidad de aportar soluciones sociales y económicas que mejoren la calidad de vida de las comunidades, lo suficiente para fortalecer el patrimonio cultural y natural de la Península de Yucatán.

  • Cumbre Mundial del Turismo (2015): Carta Mundial del Turismo Sostenible, Vitoria-Gasteiz, 2015
Elena María Pérez González

La Doctora es Investigadora en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Canarias (UEC). C. e: elenamaria.perez@universidadeuropea.es

Carmen García Gómez

La Doctora es Investigadora en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Cecilia del Socorro Medina Martín

La Maestra es Investigadora en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO).

Vianney Janice Cupiche Herrera

La Maestra  es Investigadora en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO).

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