Mejorando
el Achiote


Mejorando
el Achiote
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Nos encontramos en una época en la que casi todos los productos utilizados en la vida diaria se elaboran o mejoran químicamente; en tal sentido, la seguridad de los mismos adquiere una creciente importancia. Los consumidores esperamos que los materiales con los que tenemos contacto sean, en lo posible, seguros y no dañinos para nuestra salud. Entre estos productos se encuentran los pigmentos naturales, los cuales actualmente presentan una alta demanda, por lo que resulta necesario establecer plantaciones de alto rendimiento con especies productoras de tales compuestos; esto requiere, desde el punto de vista genético, que las especies sean seleccionadas correctamente, para lo cual es indispensable la proyección de programas de mejora genética que eleven la cantidad de pigmento producido y contribuyan a ampliar y conservar la base genética de las especies que los producen.

El consumo de pigmentos naturales ha aumentado en el ámbito mundial, especialmente, desde 1960, cuando el Congreso de los Estados Unidos prohibió el uso de colorantes sintéticos o de cualquier otro material que hubiese enviado señales de producir cáncer en humanos o animales. De igual forma, en Europa, las leyes respecto a los pigmentos destinados a dar color a los alimentos1 se han vuelto más severas. 

El achiote (Bixa orellana L.) es una planta que produce pigmentos apocarotenoides (compuestos orgánicos derivados de los carotenoidesI), principalmente, bixina (BXN).2, 3

     La bixina es un pigmento de color rojo-naranja, utilizada por países de Europa, así como en los Estados Unidos, en la industria de los derivados lácteos, cárnicos, aceites, bebidas y cosméticos. En países de América Latina, tradicionalmente, se emplea en: condimentación de alimentos para aves, gastronomía y medicina tradicional, coloración de cerámica, teñido de sedas y telas de algodón, además de barnices y lacas.
     Mundialmente, la bixina es un pigmento de importancia económica, el cual es empleado en sustitución de tartrazina, colorante sintético que ha sido prohibido en muchos países,4 debido a que, como muchos de su tipo, liberan moléculas que son alergénicas o carcinogénicas. En resumen, debido a que se busca el reemplazo paulatino de los colorantes sintéticos y, siendo el achiote una de las fuentes de pigmento natural vegetal más importantes, es preciso emprender una investigación integral, con el fin de crear la tecnología apropiada para su mejoramiento y utilización comercial. 

Mejoramiento genético es el proceso de manejo de los recursos genéticos (es decir, todo aquel material de origen vegetal, animal o microbiano que contenga genes y presente valor real o potencial),5 cuya cantidad y organización de la variabilidad genética (cualquier variación en el material genético de una población o especie)6 de una población sea manejada por ciclos de selección y mejora. Uno de los principales fines del mejoramiento genético es el aumento de la productividad.
     Estrategia de mejoramiento es la forma de proceder para lograr el mejoramiento genético mediante la combinación de un tipo particular de selección y de un tipo particular de cruzamiento, a partir de una base genética amplia y bien adaptada.
     En México, el achiote se cultiva, principalmente, en los estados del sureste,7 particularmente en Yucatán, cuya producción de achiote es la más alta del país, pues tiene un alto índice de utilización en la cocina regional y se encuentra tanto en campos de cultivo como en traspatios, solares o huertos familiares.8 Una característica importante que presenta el achiote es su variabilidad fenotípica9 —tanto en forma y color de los frutos (cápsulas), como de las flores—, además del contenido diferencial de bixina en sus semillas.10 
     Entre las dificultades que presenta este cultivo para el mejoramiento genético está la poca información sobre su ecología, biología floral, la ruta bioquímica mediante la cual se sintetiza el pigmento bixina, así como la clasificación de cultivares basados ??en el contenido de bixina, y rasgos morfológicos que faciliten la rápida y precisa selección de los genotipos de los padres, para su posterior mejoramiento genético.
     En el proyecto de mejoramiento genético de achiote se ha desarrollado una estrategia de investigación, a partir de la cual se da mayor importancia al estudio de los recursos genéticos y a elementos que ayuden a incrementar el rendimiento del pigmento (cuadro 1).

CUADRO 1. Acciones orientadas a lograr una estrategia de investigación

  • Reunir, evaluar y conservar la variabilidad genética de achiote.
  • Analizar el grado de asociación entre la cantidad del pigmento producido y algunas características morfológicas, tales como color de la flor y el fruto, con el fin de orientar el mejoramiento hacia la selección de los caracteres que indiquen una mayor asociación con la cantidad del pigmento producido.
  • Estudiar los genes que controlan la dehiscenciaII del fruto para evitar la pérdida de semillas y pigmento durante la cosecha.
  • Estudiar la morfología y la fase reproductiva de la flor con el objetivo de realizar trabajos de hibridación.III
  • Construir un mapa genético, mediante marcadores de ADN, con la finalidad de comprender la segregación de caracteres de interés agronómico.
  • Clarificar las rutas biológicas por las que se sintetiza el pigmento de la bixina, así como el análisis de la expresión de los genesIV involucrados en la síntesis de la bixina.


     Esta estrategia de mejoramiento genético para el achiote se está diseñado en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), en el grupo de la investigadora Renata Rivera Madrid, de la Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas (BBMP).

En resumen   

La bixina podría satisfacer la demanda de pigmentos naturales para sustituir aquellos que son sintéticos similares en cuanto a tonalidad, pero que liberan moléculas dañinas a la salud humana. Sin embargo, para satisfacer esa demanda es necesario maximizar la producción de bixina, por lo que es preciso aplicar una estrategia de mejoramiento que logre seleccionar correctamente las variantes, desde el punto de vista genético y económico, para elevar la cantidad de pigmento producido y, asimismo, contribuir a la ampliación y conservación de la base genética de B. orellana. 

Nayeli Romero López

Es Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Metropolitana. Actualmente, se encuentra concluyendo la maestría en Ciencias Biológicas, opción Bioquímica y biología molecular de plantas, en el Centro de Investigación Científica de Yucatán.

Renata Rivera Madrid

Obtuvo el grado de Bióloga por UAM-Iztapalapa en 1989; el doctorado por Université de Perpignan, Perpignan, Francia en 1994. Ingresó al Centro de Investigación Científica de Yucatán A. C. en 1995 y, actualmente, es Investigadora Titular C en la Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas e Investigadora Nacional nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores.

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