Red de informantes submarinos


Red de informantes submarinos
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Hoy en día, los ecosistemas marinos se enfrentan a muchos factores que comprometen su permanencia y la perpetuación de la vida animal y vegetal que los conforman. Las actividades humanas —que traen consigo problemas de contaminación y cambios de uso de suelo, con su consecuente destrucción de los ecosistemas naturales—, además de los cambios drásticos en las condiciones ambientales, como altas temperaturas y acidez de los océanos, están ocasionando grandes pérdidas en la cobertura coralina en los arrecifes del mundo, lo que implica la pérdida de hábitats disponibles para un gran número de especies; consecuentemente, en estas condiciones adversas, las enfermedades han aumentado en número, así como en la cantidad de especies y países afectados.

El monitoreo permanente de las comunidades coralinas es indispensable para la conservación de los ecosistemas, puesto que permite conocer y, en ocasiones, anticipar los cambios que pudieran poner en riesgo la permanencia de éstos.
     El cuidado de los ecosistemas marinos depende de todos los ciudadanos involucrados –tanto en su estudio como en su disfrute– cuyos esfuerzos pueden unirse mediante una red, para potencializar las estrategias que permitan obtener los resultados deseados. Una red es, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, un conjunto de elementos organizados para un fin determinado. En palabras comunes, definimos una red como un conjunto de voluntarios que unen su esfuerzo en un objetivo común: la conservación de los ecosistemas marinos.
     Existen redes de diferente naturaleza: de investigación, de telecomunicación, de profesionales… Un ejemplo importante de éstas, lo encontramos en las redes de investigación del Conacyt, las cuales buscan unir esfuerzos provenientes de investigadores, tecnólogos y empresarios para impulsar la solución de problemas y necesidades del país.1 

Ésta es una iniciativa creada en el año 2013, por una bióloga marina interesada en conservar los ecosistemas arrecifales, a través de una red de interesados en el tema, cuyo objetivo fuese, primordial —aunque no exclusivamente—, reportar enfermedades en organismos marinos pertenecientes a comunidades coralinas. 
     RIS surge como respuesta a la necesidad inicial de llenar un vacío de información en el Pacífico mexicano, respecto al estado de salud de las especies coralinas; pues, saber de qué se enferman los animales permitirá, en algún momento, predecir lo que podría enfrentar el ecosistema ante los cambios generados en el ambiente día con día, ya que la vulnerabilidad de las especies ante los elementos tensores (como aumento en temperatura, acidificación de los océanos, contaminación, etc.) sería un indicador de la sensibilidad del propio ecosistema. Sin embargo, la imposibilidad de visitar y monitorear de manera constante las comunidades coralinas en el Pacífico mexicano requiere la ayuda de toda la sociedad para conservar este ecosistema de incalculable valor, tanto para la biología como para la economía.

Esta red está, inicialmente, conformada por colegas y amigos dedicados a las ciencias marinas, pero, potencialmente, todas las personas conscientes de la necesidad de preservar los recursos naturales que se encuentren en contacto con el medio marino pueden ser submarinformantes.
     Tú, amigo lector, si acostumbras bucear y estás interesado en el tema, no requieres tener una formación en ciencias biológicas y en la conservación para ser un submarinformante, ya que puedes apoyar manteniéndote alerta sobre los cambios ocurridos en organismos —o comunidades— que, según tu criterio, presentan características o comportamientos fuera de lo normal. 
     No es necesario formar parte de una investigación científica; simplemente, cuando vayas de vacaciones, si practicas deportes acuáticos, o si guías a un grupo de turistas, o realizas un trabajo de investigación escolar, puedes estar alerta y reportar tus observaciones.
     Hasta el momento, RIS ha realizado un taller de capacitación y formación de submarinformantes para identificar lesiones y enfermedades reconocidas en las principales especies de las comunidades coralinas. Este taller, realizado en noviembre de 2013, en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, contó con la participación de siete voluntarios, entre quienes se encontraban estudiantes de la carrera de Biología Marina, así como licenciados y estudiantes de maestría.
     A partir de esta capacitación y, como parte de un proyecto de doctorado, mensualmente, se realiza el seguimiento del estado de salud de colonias coralinas en el área de la Bahía de La Paz, Baja California Sur. 

Los animales, a diferencia de los seres humanos, no están en capacidad de hablar para comunicarnos su estado de salud; sin embargo, como seres vivos, sus cuerpos muestran respuestas (características que podemos observar con facilidad) o un cierto comportamiento indicativo de la presencia de algún tipo de enfermedad que con esa información podemos detectar.
     Entre las cosas inusuales que pueden presentarse en corales, encontramos: lesiones asociadas con cambios de coloración, pérdida de tejido, tumores, etc., crecimiento de otros animales o algas que puedan competir por espacio u otro tipo de recursos con los corales.2 Las mordeduras de peces que sufren los corales son lesiones de importancia, porque son focos de infección, ya que permiten la llegada de algas a las colonias, dada la disponibilidad de espacio que dejan las lesiones.
     En el caso de peces, podemos distinguir cambios de comportamiento, como nado errático, lento o diferente del característico de la especie, así como manchas causadas por hongos en aletas, ojos, o cuerpo en general.
     En invertebrados, como los erizos, podemos destacar: pérdida de espinas, cambios en la coloración o crecimiento de otros organismos como algas, balanos (crustáceos) o gusanos, sobre sus testas (exoesqueletos). En particular, las mortalidades masivas deben ser reportadas.
     Algo de gran importancia en los ecosistemas arrecifales es la invasión repentina o crecimiento excesivo de algas o de algunos animales que compitan por recursos con los corales, como algunos caracoles y gusanos que forman tubos. 

RIS trabaja en el diseño de una plataforma que permite realizar los reportes y que, en tiempo real, muestre a los visitantes el estado de salud de los individuos en las comunidades coralinas de México; se trata de un blog diseñado para la difusión de la información y el reporte de las enfermedades [submarinformantes.blogspot.com], en el que mostramos algunos documentos de interés para quienes busquen más información sobre enfermedades y lesiones que pueden afectar a los organismos marinos.

Las enfermedades son una variante natural de la comunidad en general; pero éstas pueden poner en riesgo su permanencia; por lo que conocer el estado de salud de los individuos y las enfermedades presentes en el ecosistema es una importante medida de conservación de los recursos y la base para el desarrollo de planes de acción ante posibles brotes masivos de enfermedad, que pongan en riesgo la supervivencia de las especies, el equilibrio ecológico y los beneficios para los humanos que ofrecen los arrecifes.

     Algunos brotes de enfermedades afectaron, recientemente, los arrecifes de Kauai, Hawaii, lo que ocasionó la muerte de un gran número de colonias coralinas; aparentemente, por la presencia de bacterias y hongos provenientes de las costas. El control de la epidemia requiere, primero, comprender el origen de ésta, así como los factores que actúan como vehículos de la propagación de los microorganismos.
     El reporte inicial de organismos enfermos que permitió realizar un estudio patológico (relativo a la enfermedad) por parte de las autoridades provino de un voluntario de una red de reportes que funciona en el archipiélago hawaiiano. Lo más importante en este tipo de emergencias es lograr contener el brote a tiempo para evitar el contagio entre los individuos e, incluso, entre las especies que comprometan el ecosistema completo.

Inicialmente, la información será clasificada de acuerdo con su origen; calidad de los datos aportados, e importancia dentro de la localidad, por el número de individuos o especies afectadas. 
     Así mismo, de acuerdo con la clasificación inicial, los reportes se compartirán con colaboradores voluntarios —hasta el momento contamos con algunos amigos de la red (además de la autora de la iniciativa), como el doctor Thierry Work (USGS) y la doctora Greta Aeby (Universidad de Hawaii)—, quienes están dispuestos a confirmar, de acuerdo con su experiencia, la presencia de enfermedades o de señales de alarma en los organismos arrecifales que merezcan la atención de las autoridades implicadas en la conservación. Todo especialista nacional en enfermedades en la vida silvestre, e identificación de especies está invitado a participar.
     Por supuesto, la base de datos comúnmente construida podrá ser utilizada como base en la estructuración de planes de manejo y conservación, o en otros estudios de este importante ecosistema marino.

En RIS necesitamos contar con apoyo de voluntarios de la sociedad civil, la sociedad científica y, por supuesto, del gobierno, con el fin de establecer monitoreos permanentes en las comunidades coralinas del Pacífico mexicano. La difusión de la iniciativa, la participación en talleres de capacitación, así como la colaboración para realizar campañas de entrenamiento de monitores, fortalecerá y aumentará los resultados de la red a corto plazo. 
     La importancia de la estructuración de redes, como RIS, es expresada por científicos de reputación internacional en el tema. El doctor Thierry M. Work —defensor de la difusión de programas de vigilancia y reporte que ayuden a identificar, diagnosticar y controlar las mortalidades de animales silvestres— es un importante patólogo de animales de la vida silvestre que, actualmente, está a cargo de la estación de campo de Honolulú (HFS, por sus siglas en inglés) del United States Geological Survey, Wildlife Health Center, con una experiencia mayor a 20 años en el estudio de enfermedades en aves, peces, tortugas marinas y corales entre otros, en el área del Pacífico Central.  

Jenny C. Rodríguez Villalobos

Es Maestra en Ciencias por el CICESE y estudiante del cuarto año de Doctorado en Ciencias, en la misma institución, como becaria del Conacyt (CVU 339868). Sus intereses de investigación están enfocados a la patología de organismos arrecifales y sus implicaciones ecológicas en el ecosistema que conforman.

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