A pesar de que las mujeres han ganado más espacios y logrado incorporarse en, prácticamente, todos los sectores productivos, continúan siendo sub-representadas en muchos campos de la investigación, en múltiples etapas del desarrollo científico, en todos los países y en todas las regiones del mundo. De acuerdo con las cifras publicadas por el Instituto de Estadísticas de la UNESCO, tan sólo 28% de las personas dedicadas a la investigación en el mundo son mujeres. En México, 36% del Sistema Nacional de Investigadores son mujeres. 
     La Cumbre de Género surgió en el año 2011, como parte de un proyecto de la Comisión Europea, genSET (https://gender-summit.com/). La primera edición del GS1, en Bruselas, se llevó a cabo bajo el lema “La investigación de calidad y la innovación a través de la igualdad”, el cual ha sido adoptado como lema oficial de las cumbres de género y, desde su creación, se ha extendido a países como Alemania, Corea del Sur, Sudáfrica, Estados Unidos y, por primera vez, en México, en 2016.
     En sólo cinco años, se han presentado nueve ediciones que han reunido a más de 3,000 asistentes provenientes de alrededor de 50 países. 
     En cada edición se define un subtema por discutir, atendiendo al contexto actual y regional, pero todos ellos se ubican en el marco de un objetivo: impactar en las políticas públicas orientadas al desarrollo de la ciencia y la tecnología, con el fin de generar más y mejor conocimiento e investigación, a partir de una ciencia incluyente, con perspectiva de género y basada en la diversidad. Los resultados de la cumbre influyen en la construcción de políticas públicas, a través del diseño de planes estratégicos de acción, en busca de calidad, equidad e igualdad, como motores de la investigación científica y tecnológica.

Este evento fue organizado por el Conacyt con el objetivo de resaltar el papel de la ciencia como herramienta para eliminar fronteras geográficas, disciplinarias, educativas, culturales, institucionales y —de manera enfática, por supuesto— de género, a partir de cuatro objetivos principales (cuadro 1).
     Durante dos días, el GS8 reunió a más de 350 científicos, académicos, investigadores de todas las áreas del conocimiento y responsables públicos de más de 24 países para discutir la dimensión de género en el quehacer científico.

CUADRO 1. Objetivos principales de la 8a Cumbre de Género: Norte y Latinoamérica

Abordar la problemática de género en los temas de ciencia y tecnología, desde un enfoque multidisciplinario.  Promover la innovación en la investigación científica a partir de una perspectiva de género.  Alcanzar el desarrollo sustentable a través de la ciencia y la igualdad de género.  Incluir a América Latina en el movimiento de la cumbre de género.

     Una motivación principal, en el Conacyt, para llevar a cabo el Gender Summit en México fue aprovechar el espacio para dar voz a los países latinoamericanos que, por primera vez, fueron invitados a participar en el foro. Para ello, se organizó dos eventos simultáneos el día previo a la fecha de la inauguración de la Cumbre, en los cuales se reunieron, por una parte, mujeres en etapa temprana de su carrera científica que están incorporadas al Programa de Fortalecimiento Académico para Mujeres Indígenas, del Conacyt (este programa beneficia a cerca de 200 mujeres al año), en el taller “Creando futuros en la ciencia”, y por otra, a responsables de las políticas de ciencia y tecnología de países de América Latina.

La primera plenaria consistió en un panel integrado por representantes de alto nivel de las agencias financiadoras que han formado parte del Gender Summit y la Ministra de Ciencia y Tecnología de Costa Rica. La Doctora Julia Tagüeña Parga, Directora Adjunta de Desarrollo Científico-Conacyt, principal promotora de la Cumbre en México, moderó este panel y mencionó que, si bien uno de los objetivos cardinales de las cumbres de género es impactar en las políticas públicas, en materia de Ciencia y Tecnología e Innovación (CTI), también resulta de vital importancia para este movimiento estar en contacto directo con las agencias financiadoras de CTI.
     Durante el primer día, además de informar sobre el papel de las agencias financiadoras en la inclusión de la perspectiva de género, fueron discutidas diferentes opciones de política, con el fin de abordar la brecha de género en ciencia, tecnología e innovación, en América Latina; así, se analizó algunos de los problemas que enfrentan las mujeres en relación con el cuidado de la salud; se habló de la participación actual de las mujeres en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. También se mencionó el papel de la mujer y la inclusión de la dimensión de género en la mitigación del cambio climático; por qué es crucial contar con una mayor participación de las mujeres en los estudios espaciales, así como en los avances en el terreno de la genética relacionados con la comprensión del comportamiento humano a partir de nuestras diferencias biológicas (sexo) y socio-culturales (género).
     Durante el segundo día de la cumbre se habló sobre: la importancia de la innovación de género,¹ el rol del sexo y del género en muchos de nuestros problemas sociales, identificados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas [http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/], sobre cómo mejorar la gestión del agua, mediante la inclusión de las mujeres en la ciencia.
     Se presentó, asimismo, el éxito de tres Redes Temáticas de Investigación del Conacyt,² y la importancia de continuar impulsando un diálogo que contenga más voces. Finalmente, se abordó la inclusión de la dimensión de género en las áreas de educación, ciencia y cultura, en la cooperación internacional.

Ningún país puede dar lo mejor de sí sin tomar en cuenta el potencial que representa 50% de su población: el de sus mujeres. Desde las trincheras de la ciencia, luchemos por romper estereotipos y prejuicios conscientes e inconscientes que nos dividen e impulsemos el desarrollo de las carreras de las mujeres en la ciencia.
     El GS8 fue la primera de —esperamos— muchas más cumbres que den voz a la perspectiva latinoamericana. En esta octava edición abordamos temas que nos afectan a todos, de manera diferenciada, en todas partes del mundo. Lo que nos enseñan las cumbres de género es que una sociedad basada en el conocimiento, con igualdad de género, puede ser la respuesta a muchos de los retos que enfrentamos como seres humanos.
     Es nuestra responsabilidad compartir estas ideas y promover los beneficios de incluir la perspectiva de género, no sólo en la ciencia, sino también en nuestros valores y actividades cotidianas. Invitamos a todos a unirse a este movimiento, pues juntos podremos contribuir a generar un cambio positivo en la forma de hacer ciencia en todo el mundo, para beneficio de hombres y mujeres, lo que significa: la sociedad en su conjunto.

Agradecemos a todos quienes hicieron posible este evento: co-organizadores, expositores, voluntarios, socios, patrocinadores, a nuestro comité organizador y, sobre todo, a los asistentes a la 8^a Cumbre de Género, su valiosa participación.

• Cabrero Mendoza, Enrique (2016). Agencias financiadoras. Programas para mujeres, procesos de evaluación y financiamiento de CTI. México, Conacyt.
• Heisook, Lee & Elizabeth Pollitzer (2016). Gender in science and innovation as component of inclusive socioeconomic growth. Instituto de Estadística de la UNESCO.

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