A través de los años, diversas técnicas enfocadas a conocer el comportamiento de los sitios calientes de erosión se han generado; es decir, aquellos cuya tasa de erosión de suelo es significativamente mayor, comparada con su superficie. Entre estas técnicas destacan: medición directa,I huella geológicaII y sistemas de información geográfica.III En la actualidad, una herramienta poderosa en esta área es el uso de técnicas isotópicas, las cuales emplean isótopos estables y/o radioactivos como trazadores ambientales (materia o energía cuyo transporte proporciona información sobre la dirección de su movimiento, su movimient y velocidad, entre otros), por ejemplo, el uso de radionucleidos (isótopos inestables que emiten espontáneamente partículas cargadas y/o radiación electromagnética gamma, proporcional al número de núcleos durante su decaimiento radiactivo). De tal manera, tres de los radionucleidos validados para estudios de las tasas de erosión del suelo son: i) Berilio-7, trazador para estudios de la redistribución del suelo a corto plazo (hasta 6 meses), ii) Cesio-137, trazador en suelo para estudio a mediano plazo (hasta 50 años) y iii) Plomo-210, trazador en suelo o sedimentos a largo plazo (hasta 150 años).1 Estos trazadores tienen la ventaja de registrar las tasas de erosión y deposición a diferentes escalas geográficas (desde parcelas pequeñas hasta cuencas); sin embargo, el uso de estos radionucleidos proporciona limitada información sobre el origen del suelo sedimentado o depositado en un sitio específico.1, 4
Con la finalidad de entender el impacto global del movimiento del suelo en un ecosistema, es determinante, no sólo cuantificar la cantidad de éste que se pierde o gana en un sitio específico (tasa de erosión o deposición/acumulación, respectivamente), sino también conocer tanto su deposición final como su contribución al suelo total acumulado en un sitio determinado.
Esto último es de gran importancia en el estudio del impacto de la acumulación de suelo de diferentes orígenes y con características fisicoquímicas, nutrimentales y biológicas variables en los sistemas donde éste se acumula. Así, conociendo el origen del suelo depositado en un lugar, se puede predecir potenciales problemas ambientales y de productividad que éste ocasionará, debido a la movilización e incorporación de residuos tóxicos, metales pesados y residuos biológicos, entre otros, en los sistemas receptores (figura 1b).