Es común que la memoria se deteriore con el aumento de la edad, algo que la mayoría de las personas experimenta tarde o temprano. ¿Cuál es la naturaleza de este desgaste? Muchos investigadores de todo el mundo se hacen esta pregunta, tal es el caso de especialistas de la Universidad de Umea, en Suecia, quienes desarrollaron un modelo para explicar este fenómeno.
Dicho modelo muestra cómo es el flujo sanguíneo que comienza con el latido del corazón, hasta que llega a los vasos sanguíneos más pequeños. Según Anders Wahlin, miembro del equipo de investigación, conforme el cuerpo humano envejece, las arterias grandes –como la aorta–, se van endureciendo, de tal manera que van perdiendo su capacidad de absorber el aumento de presión que se genera a medida que el corazón expulsa sangre hacia las arterias.
Este aumento de presión causa estrés en los vasos sanguíneos, sobre todo los del cerebro, dañando a las células que se encuentran dentro y alrededor de las paredes capilares, especialmente, aquellas encargadas de regular el flujo sanguíneo, lo que perjudica su capacidad para aumentar el suministro de sangre al cerebro, principalmente, cuando éste requiere realizar procesos cognitivos exigentes.
Con este modelo se pudo observar que el hipocampo –indispensable para recordar eventos del pasado–, es la parte del cerebro más vulnerable, los resultados sugieren que esto podría deberse a que se encuentra ubicado cerca de los vasos grandes, por tanto, está expuesto a las cargas de presión.
Por otro lado, también se concluyó que las personas jóvenes y sanas presentan pulsaciones suaves, mientras que en una persona mayor pueden ser tan poderosas que afectan el tejido cerebral; incluso, el suministro de sangre llega a dañar los procesos de memoria.
Gracias a estos resultados será posible comprender aun mejor este proceso y encontrar soluciones para ralentizarlo.