Los langostinos de agua dulce en Mesoamérica, una riqueza tropical poco conocida


Los langostinos de agua dulce en Mesoamérica, una riqueza tropical poco conocida
      Autores

Los ríos y arroyos tropicales permiten la existencia de especies poco conocidas residentes de estos hábitats para desarrollarse y, ocasionalmente, también se dispersan tanto como sus reguladores ambientales y biológicos se los permitan. Así se encuentran los langostinos de agua dulce, los cuales, en Mesoamérica, están muy presentes en los ríos que desembocan en: el Océano Pacífico, el Golfo de México y el Caribe; además de los manglares y los sistemas subterráneos con conexión al mar.

En los grandes causes de dichas cuencas, los langostinos del género Macrobrachium tienen tallas grandes y, consecuentemente, un alto valor en el mercado (figura 1).

Existe un grupo de langostinos del mismo género sólo localizable a lo largo de la Sierra Madre Oriental, entre 100 y 500 metros sobre el nivel del mar, ocupando tanto nacimientos como arroyos primarios de las grandes cuencas que drenan el Golfo de México, desde el Papaloapan hasta el Usumacinta. En tales ríos, las posibilidades de ocupar un hábitat se diversifican para los langostinos, pues, por principio, esta vertiente de la Sierra Madre Oriental está cubierta por un suelo cárstico, donde múltiples cuevas y grutas se han producido, en las cuales es posible confirmar que estos organismos sobreviven ante condiciones de bajo flujo energético, apoyados por las aguas enriquecidas con carbonatos, lo cual permite el endurecimiento de su exoesqueleto (figura 2).

En dichas cuevas mexicanas se han registrado varias poblaciones de langostinos; particularmente, algunas especies mejor adaptadas para la vida cavernícola que otras; sin embargo, su principal riqueza se encuentra justo en los nacimientos o arroyos primarios donde, a su vez, desembocan los caudales primordiales de las grandes cuencas, en cuyos sitios se ha podido estudiar la diversidad del grupo, ya que existen registros de varias especies y poblaciones con gran diversidad (figura 3).

Una característica principal de estos langostinos con desarrollo larval abreviado reside en su reproducción, pues sus organismos no necesitan agua salobre para poder crecer durante sus primeras etapas de desarrollo, ya que nacen con muy pocas diferencias respecto de sus progenitores. Esta peculiaridad es una razón por la cual pueden vivir en los nacimientos —o bien, en las cuevas— sin conexión genética alguna con poblaciones externas; además, el tamaño de sus huevos es mayor y el cuidado parental al cual las hembras se abocan para proteger a sus crías mientras éstas alcanzan las características juveniles y pueden valerse por sí solas es más extendido (figura 4).

En el estudio que actualmente se realiza bajo la dirección de la Universidad de Quintana Roo, participan estudiantes e investigadores adscritos a las universidades: San Carlos, Guatemala; George Washington, Estados Unidos y la Universidad de Belice; desde entonces, los hallazgos de una gran diversidad poblacional formada por langostinos han permitido conocer cuántas especies existen realmente en el sureste mexicano, Guatemala y Belice; con tal objetivo se analiza su hábitat y su dispersión como grupo de langostinos con desarrollo larval abreviado, además de sus poblaciones, para entender las posibles barreras geográficas que estos organismos tienen (figura 5).

Al revisar más de 300 sitios en el sureste mexicano que abarcan desde la vertiente hacia el Golfo de México (entre 100 y 500 metros) incluidas cuevas y sistemas subterráneos —en conjunto, más de 50 sitios de Guatemala— se han registrado, hasta el momento, 70 poblaciones donde se encuentran 12 especies reconocidas de langostinos (figura 6), en las cuales es evidente la diversidad de su morfología, principalmente, con referencia a los caracteres del segundo par de pereiópodos, pues las proporciones de los diferentes artejos de este apéndice ambulatorio y la ornamentación (setas y espinas) son la clave para diferenciar las especies, lo cual permite proponer, por principio, la existencia de varias más, pues los estudios morfológicos y los genéticos nos muestran la riqueza en especies con mayor certeza (figura 7).

Estos langostinos tienen un papel ecológico considerable en el reciclamiento de la energía presente en sus hábitats, ya que su alimentación omnívora les da acceso a todo tipo de alimento; especialmente, materia orgánica en proceso de descomposición; sin embargo, es necesario mencionar su importancia como fuente energética para las comunidades humanas, principalmente, indígenas, las cuales los capturan cotidianamente para autoconsumo.

Estos grupos de investigadores no sólo han dedicado sus esfuerzos a estudiar langostinos del género Macrobrachium, pues existen otros con mayor tamaño (del género Cryphiops), cuya distribución está restringida a las altas montañas de Chiapas. Pero, además, en la zona también se consume cangrejos de agua dulce y, ocasionalmente, acociles que complementan la dieta proteínica de las comunidades (figura 8). 

Con el aumento desmedido en la tala de bosques templados y tropicales, la captación de agua durante el ciclo hidrológico se ha visto disminuida; ésta es una entre las principales amenazas a la conservación de las poblaciones formadas por langostinos. Aunado a lo anterior, el crecimiento demográfico local aumentó la demanda de agua para satisfacer las necesidades humanas y, paradójicamente, no obstante requerir el vital recurso, los niveles de contaminación —incluso en ambientes que, aparentemente, tienen un difícil acceso— se incrementó; así se han registrado desechos de PET en algunos casos y, por otro lado, se detectó un nivel de degradación bastante lento en los cuerpos de agua.

Es imprescindible actualizar la regulación relacionada con la situación planteada, en particular, sobre lo que se desprende a partir del consumo de estos langostinos; además, es importante considerar la protección de los bosques tropicales, pues, es deseable que ésta se incremente de forma efectiva, ya que toda esa diversidad está bajo una amenaza constante y las investigaciones en torno a sus componentes se encuentran en el proceso inicial.

Los organismos que se busca proteger aquí, además de bellos, ofrecen una alternativa proteica para las comunidades adyacentes, por lo cual es necesario conocerlos a fondo si pretendemos conservarlos en su estado natural.

Este trabajo es producto del proyecto: “Sistemática molecular de los langostinos del género Macrobrachium con desarrollo larval abreviado en el sureste mexicano, así como su relación con Guatemala y Belice”. Apoyado por el Fondo Sectorial de Investigación para la Educación Conacyt- 258494.

 

 

 

 

 

  1. Mejía-Ortíz, L. M., López-Mejía, M. (2011). Freshwater Prawns of Genus Macrobrachium (Decapoda: Palaemonidae) with Abbreviated Development from Papaloapan River Basin, Veracruz, Mexico: Distribution and New Species Crustaceana 84 (8): 949-973.
  2. Tejeda-Mazariegos, J. C., Mejía-Ortíz, L. M. (2015). A New Species of Freshwater Prawns of the Genus Macrobrachium (Decapoda, Palaemonidae) from Guatemala. Crustaceana. 88(5): 541-550.
  3. Mejía-Ortíz, L. M.,López-Mejía, M., Chale Chim, A., Perera-Pech, Y., Crandall, K. A., Frausto-Martínez, O. Santander-Botello, L. C. (2016). Freshwater Prawns (Palaemonidae: Macrobrachium) with Abbreviated Larval Development in Rivers of Mexico: Uses, Management and Conservation Opportunities. In: Basin River Management ISBN 978-953-51-4731-2.
  4. Mejía-Ortíz L. M., Cupul-Pool, J. E., López-Mejía, M., Baez-Meléndres, A. G., Tejeda-Mazariegos, J. C.,  Valladarez, J. G. , Crandall, K. A. , Pérez-Losada, M., Frausto-Martínez, O.  (2019). The Habitat Types of Freshwater Prawns (Palaemonidae: Macrobrachium) with Abbreviated Larval Development in Mesoamerica (Mexico, Guatemala and Belize). In: Diarte-Plata G., (Editor) Crustacea. Intech Press. Croacia. In Press.
Los langostinos de agua dulce en Mesoamérica, una riqueza tropical poco concida
Luis M. Mejía Ortiz

Es doctor en Ciencias Marinas por la Universidad de Liverpool (Inglaterra). Actualmente, es profesor/investigador en la Universidad de Quintana Roo – Cozumel. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (I); además, especialista en crustáceos de agua dulce y cuevas.

Oscar Frausto Martínez

Es doctor en Geografía por la Universidad de Bauhaus (Alemania). Actualmente, es profesor/investigador en la Universidad de Quintana Roo – Cozumel. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (I), así como especialista en Geografía física y Sistemas de Información Geográfica.

Juan Carlos Tejeda-Mazariegos

Es licenciado en Acuacultura por la Universidad de San Carlos, Guatemala. Actualmente, es estudiante del posgrado en la especialidad “Crustáceos de agua dulce”, en Ciencias Marinas y Costeras.

Keith A. Crandall

Es doctor en Ciencias por la Universidad de Washington. Actualmente, es investigador en la Universidad George Washington (USA) y especialista en análisis genéticos.

Marcos Pérez Losada

Es doctor en Ciencias por la Universidad de Vigo, España. Actualmente, es investigador en la Universidad George Washington (USA) y especialista en análisis genéticos.

Jair Gaspar Valladares

Es maestro en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente, es profesor/investigador en la Universidad de Belice. Es, además, especialista en invertebrados acuáticos.

Av. Insurgentes Sur 1582, Col. Crédito Constructor • Alcaldía. Benito Juárez C.P.: 03940, México, CDMX Tel: (55) 5322-7700
Comentarios, sugerencias y dudas sobre este sitio de internet y sus sistemas:
Centro de Contacto y Soporte Técnico  

DERECHOS RESERVADOS © 2019
Políticas de Privacidad