Conservar el agua que nos queda
Entrevista con el Dr. Antonio Yúnez Naude


Conservar el agua que nos queda
Entrevista con el Dr. Antonio Yúnez Naude
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El sector agrícola es el principal consumidor de agua concesionada1 en el mundo, por lo que encontrar más y mejores propuestas para el uso sostenible de este líquido representa uno de los mayores retos de nuestro tiempo.
          El doctor Antonio Yúnez Naude, investigador del Colegio de México (Colmex), cuenta con más de 40 años de experiencia analizando las diferentes problemáticas y oportunidades del campo mexicano. En el tema del agua, considera que uno de los principales retos son las tarifas que, al ser subsidiadas, fomentan el desperdicio. 
          “En nuestro país y en muchos otros, casi no se cobra el uso del agua para irrigación (sistemas de riego y usos agrícolas); esto, unido a la deficiencia de las obras y su mantenimiento, provoca un uso dispendioso”, explica.

Credito: Miguel Ángel Valle Pérez

Más de 70% del agua disponible para consumo humano se destina a la producción de alimentos; sin embargo, la eficiencia en su uso en el sector agrícola es de sólo 46%, según estima la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa). Por ello es fundamental analizar, por ejemplo, las prácticas de riego que los productores del campo utilizan para perfeccionarlas y proteger el medio ambiente.
         “Conservar el agua mediante políticas que van desde inversión en sistemas de irrigación más modernos, hasta las que fomentan un cobro justo por el uso del agua”, son algunas de las alternativas propuestas que menciona Yúnez Naude.
         Tan sólo en la Ciudad de México, la ley concede subsidios de hasta 91.3%, lo que puede reducir el precio del agua a 2.49 pesos por cada mil litros de agua. Así escuchamos: “lo que cuesta se cuida, entonces, a partir de tarifas equitativas por regiones se pueden generar más incentivos a quienes usan el agua de mejor forma”.
         Al respecto, una de las tecnologías que consigue hasta 95% de eficiencia es el sistema de riego por aspersión, el cual aplica el líquido como una pequeña lluvia al pie de la planta. Este método es ideal para implementar técnicas de fertirrigación (fertilizantes disueltos en el agua de riego), con lo que se eleva la productividad de la parcela.
         El principal inconveniente de dicha tecnología radica en sus altos costos de instalación; por lo que, Yúnez Naude propone impulsar una reconversión productiva tomando en cuenta la disponibilidad del agua en cada región del país, en relación con los requerimientos de agua de los cultivos.
         Es importante tomar en cuenta que en México se siembra más donde falta agua. “Los agricultores del norte son los que tienen acceso a mejor tecnología y tienen más recursos. En ese sentido, debe haber algún arreglo, en términos de inversión, por parte del Estado mexicano y los agricultores para llevar a cabo obras de actualización de la infraestructura de irrigación”.

Otro problema mencionado durante la conversación con Antonio Yúnez Naude es la sobreexplotación de los pozos en México.,por ejemplo, de los más de 400 mil títulos de aprovechamiento de agua inscritos en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA), 97% no tienen medidor y 93% no han sido verificados, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). “Desde hace muchos años se subsidia la electricidad para extraer agua del subsuelo, ésta es muestra de una política contradictoria, pues, por un lado, se procura o se tiene como objetivo, en términos de políticas públicas, un uso más eficiente del agua y, por otro, se subsidia la electricidad para extraer agua de los pozos. Este es uno de los retos y de las fricciones que puede haber en términos de política de desarrollo rural”.
          La organización civil Cartocrítica, con base en un análisis publicado en 2016, calcula que el volumen de agua extraído, —el cual desconoce la Conagua— es suficiente para abastecer a 174 millones de personas en un año.
          Para el investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, el incremento del volumen de agua orientado al consumo humano y la producción de alimentos puede ocasionar problemas en un futuro próximo. “Conforme se dé el proceso de urbanización y crezca la industria, existirá una mayor demanda de agua, lo que podría ocasionar fricciones entre distintos sectores”, finaliza el investigador.
          Con el fin de evitar estos conflictos, es necesario disminuir la brecha entre la ciencia y la política para que acciones concretas —como incrementar el número de hectáreas tecnificadas capaces de permitir ahorrar volúmenes considerables de agua— puedan ser una realidad en el campo mexicano.

Antonio Yúnez Naude

Sus temas de investigación son economía rural y de los recursos naturales; desarrollo territorial sustentable, cambio climático y políticas públicas.

Ha sido asesor de más de 50 tesis, la mayoría de posgrado.

Profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos (CEE) de El Colegio de México

Socio fundador de Desarrollo y Alimentación Sustentable A. C.

Co-director del programa Rural Economies of the Americas (REAP) de la Universidad de California en Davis.

Entrevista
Michelle Morelos
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