Nanotecnología,
Nueva estrategia para mejorar la producción agrícola


Nanotecnología,
Nueva estrategia para mejorar la producción agrícola
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La nanotecnología utiliza partículas de tamaño muy pequeño para fabricar materiales destinados a diversos usos (cuadro 1), en diferentes áreas de la industria. En el caso de la agricultura, esta disciplina puede aplicarse en cultivos de importancia económica para mejorar su crecimiento y desarrollo.

         El tamaño de las partículas que son utilizadas para desarrollar la nanotecnología se mide en nanómetros (nm), por eso se les llama nanopartículas (NP). El rango de tamaño de las nanopartículas utilizadas en la nanotecnología varía de 1 a 100 nm. Con ellas se preparan polvos o suspensiones coloidales que pueden estar embebidos en diferentes materiales macroscópicos.
         Las características de las nanopartículas resultan atractivas para desarrollar nuevas tecnologías, debido a que, cuando una partícula se hace progresivamente más pequeña hasta alcanzar una dimensión nanométrica, sus propiedades físicas y químicas cambian en relación con las que puede tener en su estado macroscópico. Por ejemplo, su número de átomos totales se reduce gradualmente (hay 10 millones [1x107], 10 mil [1x104] y 100 átomos en nanopartículas que tienen diámetros de 100, 10 y 2 nm, respectivamente), mientras que el número de átomos localizados en su superficie se incrementa. Este es un efecto relacionado con la escala, puesto que la relación superficie/volumen de cualquier objeto se incrementa cuando su tamaño disminuye.
         El incremento en la relación superficie/volumen tiene un impacto dramático sobre algunas de sus propiedades físicas, químicas y biológicas, porque los átomos de la superficie se encuentran en una situación diferente a la de aquellos que están en el interior de la partícula. Los átomos superficiales tienen menos átomos vecinos y, por tanto, más energía; son más reactivos y su movilidad se incrementa. Consecuentemente, cuando una nanopartícula se hace más pequeña, los átomos de su superficie contribuyen a cambiar sus propiedades; por ejemplo, pueden disminuir sus temperaturas de evaporación y de fusión (el material se funde a temperaturas más bajas) y se incrementan tanto su elasticidad como su plasticidad. Además, forman dispersiones coloidales más estables, lo que tiene importantes consecuencias, una de ellas es que las nanopartículas se dispersan fácilmente en solventes, posibilitando su manipulación en solución. También se ha observado que la absorción de la radiación solar es mucho mayor en materiales compuestos con nanopartículas que las películas delgadas del mismo material, por eso se utilizan en la elaboración de cremas bloqueadoras de radiación solar, las cuales pueden ser esféricas, cilíndricas, tubulares, cónicas, espirales…, o de forma irregular; estar hechas de carbón, metal, óxidos de metal o de materia orgánica; además de tener diferentes tipos, tamaños y estructuras (cuadro 2).
         La investigación científica en torno a las nanopartículas actualmente es muy intensa, porque tienen una gran variedad de aplicaciones potenciales en medicina, física, óptica, electrónica y, recientemente, en la agricultura.

Las nanopartículas interactúan con las plantas causando cambios morfológicos y fisiológicos. Sus efectos dependen del tipo y de las dosis aplicadas, porque varían en composición química, tamaño y reactividad. Pueden provocar efectos positivos y negativos sobre el crecimiento y el desarrollo vegetal, dependiendo, tanto de la especie vegetal como de la nanopartícula que se utilice. Se han aplicado diferentes tipos de nanopartículas en plantas, incluyendo las de plata, dióxido de titanio, dióxido de silicón, óxido de zinc, así como nanotubos de carbón, de oro, etcétera.
         A continuación, describiremos los efectos de algunas de ellas.
Nanopartículas de dióxido de silicón
Tienen efectos sobre la germinación, dependiendo de la concentración aplicada. Una baja concentración mejora la germinación de semillas de tomate y maíz; al parecer, debido a que incrementa la absorción de nutrientes por las semillas. En algunas plantas se activa el crecimiento, lo que incluye altura y longitud de la raíz, además de inducir la síntesis de clorofila; incluso, puede mejorar la tolerancia a altas concentraciones de salinidad debido a la acumulación de aminoácidos y enzimas antioxidantes.
Nanopartículas de óxido de zinc
Bajas concentraciones benefician la germinación en semillas de cacahuate, frijol soya, trigo y cebolla; sin embargo, altas concentraciones la disminuyen, por lo tanto, su efecto depende de la concentración aplicada; además, éste varía de una planta a otra, porque estas nanopartículas han sido aplicadas también en semillas de pepino, alfalfa y tomate, pero sólo incrementaron la germinación en semillas de pepino. Además, se ha observado que las plántulas las absorben por la raíz y promueven su aumento en cuanto a longitud y peso (biomasa), además de acrecentar el tamaño del brote.Nanotubos de carbón
Éstos tienen gran importancia, debido a sus propiedades mecánicas, eléctricas y térmicas únicas, aunque existe poca información sobre su efecto en células vegetales y el metabolismo de éstas. Debido a sus propiedades, pueden penetrar la pared y la membrana celular, por ello logran funcionar como un sistema para la liberación de compuestos químicos al interior de la célula. Por otro lado, mejoran la eficiencia en la toma de calcio y hierro, lo que conduce a un incremento en la germinación, así como en el crecimiento y desarrollo vegetal. Asimismo, estimulan la producción de las proteínas que forman canales para transportar agua al interior de la célula en frijol soya, maíz y cebada. En algunas plantas, además, regulan la floración y la producción de frutos.
Nanopartículas de oro
Existe poca información sobre su interacción con las plantas. Algunas investigaciones dan cuenta del surgimiento de un efecto tóxico en ellas, porque las nanopartículas inhiben el desarrollo de un grupo de proteínas que ayudan en el transporte de moléculas a través de la membrana de la célula; sin embargo, se ha documentado que mejoran la germinación en lechuga y pepino. En algunas plantas se incrementa el número de hojas, el peso de la planta, el contenido de clorofila y de azúcares, lo que conduce a una mejor productividad de las plantas.
Toxicidad de las nanopartículas en las plantas
Si bien las nanopartículas llegan utilizarse en la agricultura, algunos estudios demuestran que pueden causar toxicidad en las plantas; dentro de los efectos tóxicos observados está la disminución en: crecimiento, biomasa, producción y calidad de los granos.
         Los mecanismos de esta toxicidad pueden deberse a su liberación en el suelo o a su contacto con las plantas. En el suelo, las nanopartículas pueden alterar los ciclos biológicos de las comunidades de microorganismos que viven ahí, por su interacción con ellos, lo cual puede afectar indirectamente el crecimiento de las plantas. En las plantas, las nanopartículas pueden dañar su material genético (lo que conocemos como genotoxicidad), alterar el proceso de asimilación de minerales y generar moléculas tóxicas derivadas del oxígeno, lo cual, a su vez, puede reducir el proceso de fotosíntesis y, consecuentemente, disminuir el crecimiento y la biomasa.

Las propiedades de las nanopartículas, como su composición química, su tamaño, su estabilidad, etc., determinan su capacidad para entrar en las células vegetales. Resulta que la pared celular de las células vegetales —formada por celulosa, carbohidratos y proteínas— es el sitio inicial de interacción con las nanopartículas, y su composición química también es importante para seleccionar el tipo de ellas que puede entrar a la célula. Además, debido a la capacidad semipermeable de la pared celular, algunas nanopartículas aún más pequeñas pueden pasar a través de ella, no así las de mayor tamaño.

         La dimensión de los poros de la pared celular es de cinco a 20 nm, así que las nanopartículas en este rango pueden penetrar la pared celular para alcanzar la membrana de la célula y, una vez que llegan a ésta, penetrar su interior a través de diversos mecanismos. Éstos pueden incluir el proceso de transporte conocido como endocitosis, el cual consiste en la formación de pequeñas vesículas de membrana que se introducen en la célula, o mediante proteínas localizadas en la membrana, las cuales transportan las nanopartículas al interior. Dentro de la célula, las nanopartículas pueden unirse a diferentes moléculas como proteínas, lípidos o carbohidratos o, incluso, interactuar con diferentes organelos y afectar el metabolismo celular de forma positiva o negativa.
         Cuando las nanopartículas son administradas por la superficie de las hojas, entran por los estomas y los pueden obstruir al acumularse ahí, causando alteración en el intercambio de gases y en la fotosíntesis.

Sabemos que la aplicación masiva de pesticidas y fertilizantes provoca contaminación ambiental y la proliferación de plagas resistentes a éstos, pero la nanotecnología ofrece nuevas posibilidades para el manejo de los cultivos, además de combatir la aparición de plagas. Los agroquímicos basados en nanopartículas permiten la aplicación de dosis adecuadas y una liberación controlada más efectiva; son fáciles de usar y, aparentemente, menos tóxicos al ambiente que los métodos acostumbrados; además, no se ha demostrado que causen un impacto negativo en humanos y tampoco producen residuos tóxicos. La aplicación de agroquímicos se realiza mediante nanopartículas encapsuladas, las cuales se difunden a través de la cubierta de las cápsulas, de una forma sostenida y controlada en el tiempo.
         También se han utilizado varios tipos de nanopartículas, como las de plata, de óxido de zinc y de dióxido de titanio, para analizar su potencial antimicrobiano, las cuales inhiben el crecimiento de hongos y bacterias patógenas.
         Las nanopartículas pueden ser utilizadas para generar nuevas tecnologías orientadas a mejorar la productividad de cultivos de interés agrícola; sin embargo, se requiere más investigación para conocer los mecanismos celulares que afectan el crecimiento y el desarrollo de las plantas.

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Ernesto García Pineda 

Es doctor en Ciencias, en Biotecnología de Plantas, por el Departamento de Ingeniería Genética, Cinvestav-IPN, Unidad Irapuato. Actualmente, es profesor investigador titular, en el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, de la UMSNH. Ha publicado artículos en revistas nacionales e internacionales y es miembro del SNI. Su área de investigación es Mecanismos de defensa en plantas. C. e.: egpineda@umich.mx

Elda Castro Mercado 

Es maestra en Ciencias, en Biología Experimental, por el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Ha presentado sus trabajos de investigación en congresos nacionales e internacionales y ha publicado artículos en revistas nacionales e internacionales.

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