Conciencia social, herramienta para conservar
los recursos naturales


Conciencia social, herramienta para conservar
los recursos naturales
      Autores

A la porción de la sociedad que se relaciona directamente con la extracción de los recursos marinos se le ha denominado “pescadores” (ver fotos 1 a 6). Este grupo de personas se conforma por quienes diariamente obtienen su sustento alimentario, económico y cultural, al entrar en contacto con los cuerpos de agua del país.
          El trabajo de pescador no es sencillo, requiere de un esfuerzo constante y lucha contra los caprichos de la naturaleza. Algunos pescadores continúan la tradición familiar que se adquirió varias generaciones atrás, cuando sus antepasados decidieron abandonar la tierra firme de los valles y montañas del interior y desplazarse a contemplar el mar.
          La pesca es una actividad que atrae a la sociedad a la zona costera de México; esto es lo que le sucedió a Jubentino Salazar Rico (ver foto 7). Jubentino pasó sus primeros cinco años de vida en las costas de Antón Lizardo, sin embargo, la mala fortuna llevó a sus padres a la separación y en consecuencia la partida de él y su madre al estado de Morelos. Con el paso del tiempo, a los 17 años y ya con familia, decide regresar al mar. Después de algunos años en Veracruz, decidió vender pescado, y sus compañeros lo invitaron por primera vez a pescar, actividad que realiza hasta la fecha con 57 años de edad. Su lema “capturar para vivir dignamente”.

La pesca artesanal en el Sistema Arrecifal Veracruzano (SAV) se caracteriza por la captura de peces con redes, anzuelos, palangre, y arpón (ver fotos 8 y 9), y pulpo por apnea y gancho, lo que ha permitido que los pescadores observen directamente lo que pasa en su área de pesca, adquieran conocimiento sobre el ecosistema y mantengan una conciencia ambiental sobre su impacto en el mar. Los pescadores del SAV han identificado las especies y las fluctuaciones en su captura. Jubentino menciona “las capturas 40 años atrás se realizaban en la costa, sin tener que navegar en aguas profundas. Los sábalos los matábamos con una lanza…, en la costa había cazón y sierra tan abundantes que de los ranchos internos de Veracruz bajaban los ganaderos a pescar en la costa sin tener que mojarse más que las rodillas”. Con el paso de los años la pesca se había desplazado al arrecife; “los cardúmenes de cojinuda, medregal, jurel y rubia se capturaban indiscriminadamente”.
          El proceso de aprendizaje en las comunidades de Veracruz es un parte aguas en el desarrollo de su identidad pesquera; Jubentino, en conjunto con otros pescadores de Antón Lizardo, identifica que su actividad impacta el ecosistema, pero que también es necesaria para desarrollarse. Con la conciencia adquirida y gracias a la memoria social de su actividad, los pescadores generaron grupos de influencia. En el SAV, con la declaratoria de área protegida en 1992, se observó un cambio y los pescadores tomaron parte en su proceso de desarrollo, ya que identificaron que la conservación es importante para su entorno.
          Para acoplarse a esta nueva etapa, los pescadores aplicaron su conocimiento y experiencia logrando un cambio en sus artes de pesca que favoreció la normatividad. La razón triunfa si el cambio surge de la comunidad pesquera (ver fotos 10 y 11), como lo demuestra el éxito en el establecimiento de la veda de pulpo, que surgió de las necesidades locales, con apoyo de la Universidad Veracruzana (UV) y las autoridades de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conamp) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
          La memoria del pescador es el motor para impulsar su desarrollo. Con base en el análisis de experiencias previas de éxito y fracaso, los pescadores en Veracruz se unen para hacer frente a las problemáticas del sector pesquero. A partir de 1992 crearon grupos fuertes (caracoleros, arponeros, pulperos, cordeleros y líneas de mano) para impulsar la comunicación social y dar a conocer la importancia de los recursos y los artes de pesca.
          Si bien el ensayo y error son las marcas principales en el desarrollo de las actividades pesqueras, en las comunidades esto ha coadyuvado a la conciencia de grupo y a la generación de sociedades cooperativas con mayor injerencia en el manejo de los recursos. “Un pescador piensa en capturar peces; en la mayoría de los casos no hay conciencia sobre el cuidado de los recursos, sin embargo, el cooperativismo significa responsabilidad y visión de conservación”. Esta concepción propicia que el pescador comprenda que el trabajo individual se refuerza al conformar cooperativas en las que se prevé a futuro el bien común, y la conservación1.

El conocimiento del ambiente es esencial para comprender el desarrollo de nuestro entorno y llevar a cabo un manejo sustentable de los recursos. Cuando Jubentino va a pescar, no sólo extrae peces y pulpos, también los observa. Él comenzó a tomar conciencia de su entorno, descubriendo que los organismos capturados reaccionan a la presencia del ser humano, y que existen interacciones en todo el ecosistema. Esta observación concurre en el entendimiento de su papel como depredador, así como en el entendimiento de la importancia y los daños que puede ocasionar a las especies que está capturando.
          La pasión y esmero en el cuidado de las especies que capturan los pescadores se volvió parte de su vida diaria y con ello comenzó a influir en la mentalidad comunal. ¿Qué pasará si nos acabamos los pulpos?, ¿han visto cómo son más pequeños los peces que capturamos?, éstas y otras preguntas son la base para llamar la atención de la comunidad. En la actualidad, la mayoría de pescadores de Antón Lizardo han logrado reconocer la necesidad de un manejo integral de recursos pesqueros y lo han plasmado en el Programa de Manejo del SAV al proponer dos áreas de cuidado y protección de las especies.

La comunidad pesquera, que interactúa constantemente con sus recursos naturales, es la primera en obtener beneficios o los impactos negativos que se producen con la alteración del equilibrio natural2. Jubentino y otros pescadores comentan que hace 3 o 4 décadas, “había muchas jaibas, las tortugas salían a depositar los huevos en la costa, había muchos peces lebrancha y churro, caracol, chivitas, trompito y concha canela, sin embargo, a la fecha ya no existen los peces grandes, los pargos han desaparecido, las loras tienen tamaños medios y chicos”. Este conocimiento empírico y la conciencia ambiental de la comunidad, son herramientas que sirven para lograr un manejo adecuado de los recursos pesqueros. En colaboración con investigadores del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías (ICIMAP) de la UV, desde el año 2000, los pescadores han modificado sus actividades y se han vuelto conscientes del manejo y conservación de sus recursos.
          El acercamiento de los pescadores con la comunidad científica ha detonado una serie de actividades que favorecen a la organización de las sociedades cooperativas, integrando el conocimiento empírico con el científico. El sector académico es un pilar base para que la comunidad avance en un sentido ordenado y con objetivos y metas alcanzables. La academia, apoyada con actividades de capacitación, talleres, cursos, y charlas para los pobladores y actores de cambio en la comunidad, ha logrado fortalecer y dar soporte a la sociedad civil.

Este principio de acuerdo con Ward y Hegerl3 es la base para un manejo correcto de recursos pesqueros en áreas donde la comunidad ha sido afectada con la imposición de leyes y normas. En estas comunidades, los actores de cambio cobran relevancia por ser los motores que impulsan el manejo adecuado de los recursos.
          En nuestro ejercicio de integración de conocimiento empírico y científico entre Jubentino y la academia, uno de los resultados es la identificación de las problemáticas que la comunidad enfrenta y cómo se proponen soluciones. En el SAV, la aplicación de su primer programa de manejo permitía la captura de pulpo en temporadas de reproducción, un error atribuido a que la norma estaba basada en otra especie de pulpo4. La respuesta de los pescadores fue acercarse a la academia y pedir el apoyo en la realización de estudios científicos que permitieran identificar las fases de desarrollo de la especie y, con ello, modificar la norma que los afectaba, siendo publicada la modificación en el Diario Oficial de la Federación, el 11 de junio del 20125.
          La conciencia ambiental del pescador se intuye al escuchar discusiones sobre los artes de pesca (incluyendo materiales, estructuras, tipos de redes, trampas, anzuelos y líneas de pesca) que no cumplen con su objetivo, y sobre la necesidad de un consenso en la utilidad de estos artes de pesca, o cuando al oír charlas sobre la falta de evaluación del impacto de los artes de pesca. Aun con el apoyo de la academia y con el cambio en la conciencia ambiental de los pescadores, es necesario recuperar la vinculación entre las instancias de gobierno y la comunidad para generar planes de acción, difundirlos, y continuar la capacitación en las comunidades para, con ello, potenciar el manejo adecuado de los recursos marinos.

A las cooperativas Arrecifes de Antón Lizardo y la Bendición de Dios, a Jubentino por las tardes de charla, al Conacyt, y al ICIMAP-UV. 

Referencias   

FAO, 2017. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura. Consultado en noviembre, 2017. http://www.fao.org/home/es/

Rigoberto Rosas Luis

Es doctor en Ciencias del Mar por la Universitat de Barcelona, adscrito al Tecnológico Nacional de México-Instituto Tecnológico de Chetumal como Cátedra Conacyt. Miembro del SNI nivel 1. Director de proyectos en ecología de especies marinas, modelación de ecosistemas, integración social de comunidades pesqueras. email: riroluis@yahoo.com.mx

María de Lourdes Jiménez Badillo

Es doctora en Ciencias del Mar con especialidad en Oceanografía Biológica y Pesquera. Es experta en la evaluación y el manejo de recursos pesqueros involucrando a los sectores productivo, académico y gubernamental. email: ljimenez@uv.mx

Av. Insurgentes Sur 1582, Col. Crédito Constructor • Alcaldía. Benito Juárez C.P.: 03940, México, CDMX Tel: (55) 5322-7700
Comentarios, sugerencias y dudas sobre este sitio de internet y sus sistemas:
Centro de Contacto y Soporte Técnico  

DERECHOS RESERVADOS © 2019
Políticas de Privacidad